Foto: INAH
BCS resguarda un tesoro de 10,000 años: las pinturas rupestres del Gran Mural
En lo profundo de la Sierra de San Francisco, dentro de la Reserva de la Biosfera El Vizcaíno, se resguarda uno de los tesoros culturales más importantes del continente: las pinturas rupestres del estilo Gran Mural.
Este conjunto, inscrito en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1993, es considerado uno de los cinco conjuntos de arte prehistórico más importantes del planeta, junto a los de Tasili N’Ajer (Argelia), el Paleolítico Superior europeo, los bosquimanos de Sudáfrica y el arte rupestre aborigen australiano.
¿Cuál es el origen y la antigüedad de las pinturas rupestres de la Sierra de San Francisco?
La Sierra de San Francisco cruza la península de Baja California, abarca unos 3,600 km² y alcanza una altura máxima de 1,590 metros sobre el nivel del mar.
En sus cañones y abrigos rocosos se preservan miles de figuras pintadas por una antigua cultura sin nombre, que habitó la región desde finales del Pleistoceno, hace alrededor de 10,000 años.
Cuando los misioneros jesuitas llegaron al área en el siglo XVII, los cochimíes que la habitaban atribuían estas pinturas a una “raza gigante” extinguida antes de su llegada. La realidad arqueológica revelada por investigaciones posteriores confirma su origen milenario y la sofisticación técnica de sus autores.
¿Cómo son y qué representan los murales rupestres?
Las pinturas del estilo Gran Mural son esencialmente realistas. Muestran figuras humanas, animales terrestres, venados, pumas, liebres, y marinos, tortugas, peces, ballenas, en colores rojo, negro, blanco y amarillo.
Se localizan en paredes y techos de abrigos rocosos, a veces hasta a diez metros de altura, lo que implica que se usaron andamios complejos para su creación.
La magnitud de estos murales es impresionante: algunos paneles reúnen cientos o incluso miles de figuras en vivos colores. Su conservación ha sido favorecida por el clima seco y la naturaleza geológica de la sierra.
¿En cuántos sitios y regiones se distribuyen estas pinturas rupestres?
Las pinturas rupestres de la Sierra de San Francisco se distribuyen en 12 cañones principales, organizados en cuatro grupos: Guadalupe, Santa Teresa, San Gregorio y Cerritos.
En 2008, se confirmó que en la cueva de San Borjita existe una figura humana con una antigüedad aproximada de 7,500 años, considerada una de las más antiguas de América.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) coordina la conservación de estos sitios, que permanecieron intactos durante siglos hasta el repoblamiento de las montañas a finales del siglo XIX.
¿Cómo se pueden visitar y qué medidas de conservación existen?
El acceso está regulado para minimizar el impacto humano. Se requiere permiso del Museo Local de San Ignacio y guías certificados por el INAH. Las rutas hacia sitios como Cueva La Pintada pueden implicar caminatas largas o recorridos en mula por terrenos escarpados.
Aunque han resistido milenios de calor extremo, lluvias torrenciales y vientos ciclónicos, los expertos advierten que, en términos geológicos, estas obras son efímeras y desaparecerán con el tiempo.
Su preservación es clave para que las futuras generaciones puedan apreciar no solo el arte, sino también la belleza de los cañones y la vegetación que los rodea.