Foto: Es mi playa. Mi barrio / Facebook
¿Dónde están los principales cierres de acceso a playas en La Paz?
Playas que durante años fueron parte del paisaje cotidiano de los paceños, hoy están cercadas con bardas, portones o casetas de vigilancia. Aunque en el papel siguen siendo bienes de la Nación, cada vez es más difícil llegar a ellas sin ser detenido, interrogado o simplemente bloqueado.
El colectivo “Es mi playa, mi barrio” ha documentado más de 50 kilómetros de litoral con accesos obstruidos en el municipio de La Paz, y ha identificado cuatro zonas críticas donde los cierres se han intensificado en los últimos años.
Exigen que se restituyan los caminos públicos como lo que son: vías de paso común hacia el mar.
¿Dónde están los principales cierres de acceso a playas de La Paz?
Los bloqueos al acceso libre a las playas no son aislados ni nuevos, pero en los últimos años se han concentrado con más fuerza en cuatro zonas del municipio de La Paz.
Desde el malecón hasta El Tecolote, el corredor costero de la ciudad presenta puntos con accesos limitados o cerrados por completo. Lo mismo ocurre en la franja que va de El Sargento a Ensenada de Muertos, donde caminos tradicionales usados por pescadores y familias locales han sido obstruidos con bardas o casetas.
En el tramo entre Los Barriles y Punta Pescadero, los desarrollos turísticos han absorbido caminos vecinales, y en la zona de Todos Santos a Punta Ballenas, muchas veredas hacia el mar han desaparecido del mapa bajo el argumento de “propiedad privada”.
Playas que antes eran parte del paisaje cotidiano ahora están cercadas. Y aunque en el papel siguen siendo espacios públicos, en la práctica cada vez es más difícil llegar a ellas sin ser detenido, interrogado o simplemente bloqueado.
En Playa La Posada, por ejemplo, uno de los accesos más antiguos de la capital paceña, el paso público se ve comprometido por construcciones que llegan hasta la línea costera.
¿Qué están haciendo las autoridades de Baja California Sur?
El Ayuntamiento de La Paz implementó una estrategia jurídica y operativa para recuperar accesos. En 2023 lanzó un programa interinstitucional con apoyo de SEMARNAT, PROFEPA, CONAGUA, PGJE y dependencias municipales.
Uno de sus primeros golpes fue el operativo para liberar el acceso a El Saltito y Rancho Las Cruces, donde portones instalados por particulares fueron retirados por personal oficial.
Tras un juicio de amparo promovido por los propietarios, en abril de 2025 un juez resolvió a favor del municipio: el paso debe permanecer abierto. Esto sentó un precedente legal que hoy refuerza nuevas intervenciones.
Casos como Puerto Mejía, Cerritos y El Pescadero están en litigio. En mayo, el Ayuntamiento emitió notificaciones para el retiro voluntario de barreras; si no se cumple, procederá con demoliciones.
A nivel federal, PROFEPA también ha intervenido. En abril clausuró una construcción ilegal en Cerritos. ZOFEMAT ha pedido a SEMARNAT revocar concesiones en zonas donde se impide el paso.
¿Cómo han respondido los sudcalifornianos?
El colectivo “Es mi playa, mi barrio” mantiene una campaña activa en redes sociales, donde documenta bloqueos, promueve denuncias y difunde los derechos de acceso. También ha impulsado el uso de la app “La Paz” y el correo playaslibres@lapaz.gob.mx para canalizar quejas ciudadanas.
En paralelo, grupos ciudadanos han reunido firmas, organizado caminatas en playas cerradas, y llevado a cabo acciones directas y foros públicos. En marzo de 2025, el gobernador Víctor Castro incluso retiró simbólicamente una barrera en Cabo del Este, declarando que “el camino es del pueblo”.
¿Y qué se puede hacer para proteger las playas de Baja California Sur?
El colectivo ha comenzado a documentar los cierres, visibilizar las afectaciones y exigir que los caminos públicos se restituyan como lo que son: vías de paso común hacia bienes de la Nación.
Para eso, se necesita que los ayuntamientos actualicen su registro catastral y SEMARNAT registre las servidumbres de paso, tal como lo establece la ley.
Mientras tanto, muchos sudcalifornianos siguen viendo el mar a lo lejos, desde un cerco o un letrero que les recuerda que, aunque nacieron junto al mar, no todos pueden pisar la arena que siempre les perteneció.
Pero no se quedarán de brazos cruzados, porque si algo distingue a los paceños es su arraigo y su defensa del territorio. Las playas, la biodiversidad, los manglares, los esteros y cada tramo de costa son parte de su identidad.
Y hoy más que nunca, están dispuestos a alzar la voz, a organizarse y a reclamar lo que por derecho es suyo: su estado, su tierra, su mar.