Foto: Canva
La mantarraya gigante que habita en BCS y muchos confunden con un tiburón
¿Recuerdas esa escena mítica del cine, donde una sombra se desliza lentamente bajo el agua, acechando desde las profundidades? No eres el único. Esa imagen vive en la memoria colectiva, y ha provocado más de un susto real entre bañistas y turistas que vacacionan en las playas de Baja California Sur.
Muchos, al ver esa silueta oscura moverse cerca de la superficie, piensan que se trata de un tiburón. Pero no, lo que han visto es probablemente uno de los seres más majestuosos y gentiles del océano: la mantarraya gigante.
¿Qué es la mantarraya gigante que vive en el Mar de Cortés?
La Mobula birostris, conocida como mantarraya oceánica o manta gigante, es la especie de raya más grande del mundo. Puede alcanzar los siete metros de envergadura y suele habitar en aguas abiertas del Mar de Cortés, especialmente alrededor de Isla Cerralvo, hoy rebautizada como Isla Jacques Cousteau.
Su cuerpo plano, sus amplias “alas” y su forma de nadar, suave y elegante, hacen que muchos la confundan con un tiburón desde lejos. Y no es para menos, desde la playa, su sombra impone.
¿Por qué la confunden con un tiburón?
A diferencia de los tiburones, la mantarraya gigante no es un depredador. Se alimenta de plancton, filtrando miles de litros de agua con sus branquias mientras se desliza sin ruido por el mar. Es completamente inofensiva, no tiene aguijón, no tiene dientes, no muerde.
En Florida, por ejemplo, medios internacionales han reportado cómo decenas de personas salieron corriendo del agua creyendo haber visto un tiburón, cuando en realidad se trataba de una manta alimentándose cerca de la costa.
En Baja California Sur también hay testimonios similares, desde turistas que huyen del agua con el corazón acelerado, hasta buzos primerizos que, al ver una aleta desplazarse cerca, sienten que el miedo se les sube por la espalda.
¿Dónde se pueden ver mantarrayas gigantes en BCS?
Las mantas gigantes se pueden observar con frecuencia en sitios como La Reina, Bahía de La Paz o Los Islotes, especialmente entre los meses de julio y octubre.
En esos periodos, buscan zonas ricas en plancton o estaciones de limpieza, donde peces más pequeños les ayudan a remover parásitos. Buceadores y científicos han reportado encuentros cercanos, muchos de ellos memorables: estos animales, a pesar de su tamaño, son curiosos y suelen pasar muy cerca de las personas sin mostrar signos de incomodidad.
¿Están en peligro las mantarrayas gigantes?
La mantarraya gigante está catalogada como especie en peligro por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Las principales amenazas que enfrenta son la pesca incidental, donde quedan atrapadas en redes de atún o sardina, y el comercio ilegal de sus branquias, utilizadas en remedios tradicionales en Asia.
A esto se suma su baja tasa reproductiva: las hembras solo tienen una cría cada dos o tres años, lo que dificulta la recuperación de sus poblaciones.
¿Qué se está haciendo para protegerlas?
En México, la pesca de mantarraya gigante está prohibida. Diversas organizaciones como Pelágicos Kakunjá y Manta México trabajan activamente en su monitoreo y conservación. Usan métodos como la fotoidentificación, aprovechando el patrón único de manchas en su vientre, y el marcaje satelital, que permite conocer sus rutas migratorias, zonas de alimentación y comportamiento.
¿Qué hacer si ves una mantarraya gigante en el mar?
La presencia de una mantarraya gigante en el agua no es motivo de alarma, sino de admiración. Ver una manta nadar cerca es una experiencia que pocos olvidan.
Su forma de moverse, como si volara bajo el mar, impone y fascina a la vez. Si llegas a toparte con una, lo más importante es observar con respeto, sin invadir su espacio, sin tocar y sin alterar su comportamiento.
Ver una manta gigante pasar bajo el agua es una experiencia que se queda para siempre. La próxima vez que sientas que una sombra se aproxima y tu instinto grite “tiburón”, respira hondo y abre bien los ojos. Puede que estés frente a una reina del océano.