¿Te multaron en CDMX sin saber por qué? Esta podría ser la razón
En la CDMX, conducir no solo consiste en seguir la ruta hacia un destino. También es cumplir con normas que buscan proteger la seguridad vial en la ciudad con el tráfico del mundo.
Sin embargo, una falta común, a menudo ignorada por los automovilistas, puede salir cara: no usar las luces direccionales al girar o cambiar de carril. Aunque parezca menor, esta omisión tiene consecuencias legales y económicas claras.
¿Por qué es obligatorio usar las luces direccionales?
Según el Reglamento de Tránsito de la CDMX, todos los conductores de vehículos motorizados están obligados a indicar la dirección de su giro o cambio de carril mediante el uso de luces direccionales.
En el caso de vehículos no motorizados, esta señalización puede hacerse mediante señas manuales. Esta medida no es opcional: busca prevenir accidentes y mantener informados a otros conductores, ciclistas y peatones sobre las maniobras en curso.
¿Qué consecuencias hay por no usar las luces direccionales?
Los conductores que omitan esta indicación se enfrentan a multas que oscilan entre las 5, 7 o 10 veces la Unidad de Medida y Actualización (UMA), cuyo valor actual es de $113.14. Esto significa que la sanción económica puede ir de los $565.70 hasta los $1,131.40 pesos.
A eso se suma la penalización con tres puntos a la licencia (que por cierto, aquí te decimos como recuperar los puntos que ya has perdido) o un punto a la matrícula, si la falta es detectada por cámaras de tránsito.
¿Qué riesgos implica no señalizar los giros?
Más allá de la sanción económica, la omisión de las direccionales representa un riesgo real para todos los usuarios de la vía. Sin una señal clara de giro o cambio de carril, otros conductores y peatones no pueden anticipar movimientos, lo que incrementa la posibilidad de accidentes.
Esta falta de comunicación al volante, aunque parezca inofensiva, puede tener consecuencias graves tanto en lo legal como en la seguridad vial.
Conducir en la CDMX exige atención, responsabilidad y respeto por las reglas. Encender las luces direccionales al girar no es un gesto trivial, es una obligación que puede salvar vidas y evitarte una costosa multa.
Y no solo debes prender tus direccionales si no quieres una multa, acciones como respetar la luz roja del semáforo, también deben de ser una prioridad para que el tráfico de una ciudad tan grande no colapse.