Este es el cañón más angosto de Parras, solo para verdaderos aventureros
A seis kilómetros del centro de Parras de la Fuente, Coahuila, está el Cañón de La Lima, conocido también como “El Negro”, el cual se distingue por sus paredes de piedra azulada que alcanzan hasta 40 metros de altura.
Además, una de sus características más populares, es la estrechez, ya que en algunos tramos la luz apenas entra, lo que genera un ambiente desafiante para los excursionistas y a quienes gustan de la aventura.
¿Cuánto se tarda en recorrer el Cañón de La Lima?
El Cañón de La Lima no es para una caminata tranquila. Su recorrido puede tomar entre 4 y 6 horas, dependiendo de las condiciones y la experiencia.
Durante la exploración, quienes visitan deben escalar, nadar en pozas, descender con cuerda y atravesar pasos angostos. Por eso se recomienda hacerlo con guías expertos y equipo adecuado.
Entre las actividades más comunes están:
- Cañonismo
- Escalada
- Rappel
- Senderismo técnico
- Observación de flora y fauna local
¿Por qué le dicen el Cañón El Negro?
El nombre “El Negro” proviene de una leyenda local que dice que hace más de cien años alguien se perdió en el cañón y nunca fue encontrado, de acuerdo con distintos medios locales.
¿Qué tragedia reciente ocurrió en el Cañón de La Lima?
El Cañón de La Lima también está marcado por una tragedia ocurrida el 2 de julio de 2019, cuando ocho personas murieron después de que una fuerte corriente de agua descendiera rápidamente por el arroyo que atraviesa la zona, producto de lluvias intensas en las faldas de la Sierra de Parras.
Las víctimas iban de excursión en cuatrimoto y camioneta por el área conocida como "El Capulín". Debido a que el accidente ocurrió en una zona difícil de alcanzar por tierra, fue necesaria utilizar helicópteros para el rescate.
Una de las víctimas fue una joven que permaneció varios días sin identificar debido a las condiciones en que se encontraba.
El Cañón de La Lima no es uno de los destinos turísticos más conocidos de Coahuila, pero quienes se aventuran ahí suelen valorar la experiencia por su dificultad y belleza natural. Sin embargo, no es un sitio para principiantes ni para improvisar. Requiere resistencia física, agilidad y cuidado constante.