El pueblo de Durango famoso por sus historias de brujas y chamanería
Durango fue uno de los primeros estados del norte de la República donde se asentó una colonia española.
Para ser más precisos, fue en la Villa de Nombre de Dios donde se iba a establecer la capital de la Nueva Vizcaya y se construyeron los primeros templos y conventos.
No obstante, la capital se estableció en el Valle del Guadiana, debido a los yacimientos minerales encontrados en el Cerro de Mercado.
¿Cuál es el pueblo de Durango famoso por sus historias de brujas y chamanería?
En el municipio de Nombre de Dios se localiza un pequeño poblado llamado San José de Tuitán, que acaparó las miradas en la segunda mitad del siglo XX.
Tuitán, como comúnmente se le conoce, recibió visitantes de todo el país a mediados del siglo pasado, buscando cura a varios padecimientos por medio de la chamanería.
¿Qué hizo que este pueblo de Durango fuera conocido como lugar de brujas?
A mediados y finales del siglo pasado, el pueblo de Tuitán era popularmente conocido por este misticismo que le rodeaba en relatos y leyendas de la región.
Quienes llegaron a viajar en el tren de Durango a Zacatecas, o hasta la Ciudad de México, recuerdan que al llegar a la estación de Tuitán, el operador gritaba "¡Llegamos a Tuitán! ¡Tierra de brujas!".
Se dice que por aquella época, vivió en Tuitán una mujer llamada Esther, que se dedica a a sanar personas a través de oraciones y rituales qué realizaba en otros idiomas.
Esther no cobraba por sus servicios, pues decía que esa era su misión. Dejaba el pago a consideración del "paciente" y aceptaba tanto el dinero como la comida o lo que la persona necesitada tuviera para ofrecerle.
En este pueblo de Durango prevalecía una importante herencia
La Villa de Nombre de Dios, al ser uno de los primeros Asentamientos colonizados en el siglo XVI, contaba también con una numerosa población indígena.
Estos pueblos originarios creían firmemente en métodos se sanación naturales y espirituales, poseían conocimientos sobre herbolaria y, probablemente, sobre energías y fuerzas que ya hoy en día se ignoran.
Las prácticas comunes en este pueblo de Durango no eran propiamente brujería, sino que venían de rituales ancestrales desde las culturas prehispánicas (lo que para el Santo Oficio era prácticamente lo mismo).