La mujer revolucionaria de Durango cuyo nombre adoptó una famosa salsa picante
La Revolución Mexicana fue sin duda una época de grandes cambios políticos, económicos y sociales en muchos sentido, para todo el país.
A diferencia de otros movimientos armados, durante la Revolución destacó la participación femenina atacando por varios flancos, desde los libros y periódicos hasta los campos de batalla.
Por primera vez en la historia de México, se vieron mujeres participando en los ejércitos y hasta formando sus propios grupos de guerrilleras. Varias mujeres mexicanas alcanzaron rangos militares y las de Durango no fueron la excepción.
¿Quién fue la mujer revolucionaria de Durango cuyo nombre adoptó una famosa salsa picante?
Valentina Ramírez Avitia tuvo importante participación en la lucha para derrocar a Porfirio Díaz. Por su singular inicio en el ejército, algunos la han considerado "La Mulán Mexicana":
Se enlistó en el ejército buscando honrar el nombre de su padre y se hizo pasar por hombre durante su adiestramiento y primeras batallas. Su liderazgo fue decisivo en la batalla de la toma de Culiacán, donde fue ascendida a teniente de las filas carrancistas que lideró Ramón Fuentes Iturbe.
En 1960, una empresa jalisciense bautizó una de sus salsas en honor a su bravura: Valentina.
¿Dónde nació la salsa que se llama como esta mujer revolucionaria de Durango?
En Guadalajara, Jalisco, nace la empresa familiar "Salsa Tamazula", fundada por Manuel Maciel Méndez. Sus ventas iniciaron comercializando la salsa del mismo nombre y en 1960 expandieron sus productos, generando entre ellos la Salsa Valentina.
Esta salsa fue bautizada en honor a Valentina Ramírez Avitia, guerrillera duranguense que se destacó como elemento valioso durante la Revolución Mexicana.
Si bien, la salsa es originaria de Tamazula, Jalisco, Valentina Ramírez era originaria de Tamazula Durango, para ser más específicos del poblado El Norotal, de donde le vino su apodo "La Leona del Norotal".
Valentina de Durango y Valentina para Sinaloa
Al terminar la Revolución, Valentina volvió triunfante a su hogar, pero desafortunadamente no fue bien recibida por sus hermanos, quienes le resentían el hecho de que no estuvo presente cuando falleció su madre.
Ante este rechazo, Valentina volvió a Sinaloa, donde se casó y posteriormente quedó viuda sin haber tenido hijos. Tuvo un segundo matrimonio que no prosperó y se separó.
Vivió un tiempo en Navolato y otro tiempo en Culiacán, donde finalmente falleció a la edad de 84 años, en 1979. Aunque fue profesora un tiempo, falleció sola y en la ruina, pues el Gobierno de México le negó la pensión porque, cuando se enlistó lo hizo bajo el falso nombre de Juan Ramírez.