Leyes menstruantes en Edomex: logros, obstáculos y tareas pendientes
En el Estado de México, en 2021 se aprobó una reforma a la Ley de Educación para garantizar el acceso gratuito a productos de gestión menstrual en escuelas públicas de nivel básico y medio superior.
Esta iniciativa fue impulsada por colectivos feministas y respaldada por diputadas locales, con el objetivo de combatir la pobreza menstrual y reducir el ausentismo escolar entre niñas, adolescentes y personas menstruantes.
¿Qué leyes hay?
La Ley de Educación del Estado de México, específicamente en su artículo 88 establece que las escuelas deben contar con toallas sanitarias, tampones o copas menstruales, y que deben ser entregados sin costo.
También promueve la inclusión de temas de educación menstrual en los planes escolares. Sin embargo, aunque la norma ya está publicada, su implementación ha sido lenta y desigual.
La diputada María del Carmen de la Rosa Mendoza, de Morena, presentó una propuesta llamada “Ley de Licencia Menstrual”, que busca garantizar un derecho laboral para quienes trabajan en el servicio público.
La iniciativa plantea que las personas que padezcan endometriosis o menstruación dolorosa en un grado incapacitante puedan tomar de uno a tres días de descanso al mes, con sueldo completo, cuando no sea posible que realicen sus actividades.
También se establece que las instituciones no podrán despedir a ninguna servidora pública por hacer uso de esta licencia relacionada con dismenorrea.
La propuesta contempla cambios a varias leyes del Estado de México:
- La Ley del Trabajo de los Servidores Públicos del Estado y Municipios
- La Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia
- La Ley de Seguridad del Estado de México.
La idea es que este derecho quede respaldado desde distintas áreas, para que se reconozca como parte de una vida digna y sin violencia para las mujeres y personas menstruantes.
¿Por qué surgieron estas leyes?
Las llamadas leyes menstruantes surgen como respuesta a una realidad que por mucho tiempo se invisibilizó: la menstruación afecta directamente el bienestar, el desempeño académico y la salud emocional de quienes la viven.
En México, muchas niñas y adolescentes no tienen acceso a productos higiénicos por falta de recursos o información, lo que impacta directamente en su asistencia a la escuela y en su autoestima.
La pobreza menstrual no es solo falta de productos, también implica no tener agua potable, baños seguros o educación sobre el tema. De ahí que estas leyes busquen un enfoque que no se limite solo a entregar insumos, sino que promueva derechos y educación.
¿Qué hace falta en el sistema de salud?
La distribución efectiva de productos sigue siendo limitada; en muchas escuelas no hay personal capacitado ni protocolos claros para aplicarla. Además, el sistema de salud carece de una política pública menstrual sólida que abarque educación, salud mental, infraestructura digna y acceso universal a productos.
Hablar de menstruación sin tabúes es parte de construir una sociedad más justa. Urge que las instituciones de salud aborden el tema de forma clara y sin prejuicios, y que se incluya a todas las personas menstruantes, sin distinción de género.
Las leyes menstruantes en Edomex son un paso importante, pero aún queda mucho camino por recorrer. Reconocer la menstruación como un tema de salud pública y no solo personal es clave para garantizar la equidad.