¿Por qué Marilyn Manson continúa causando polémica en San Luis Potosí?
Conocido por su estilo transgresor y su nombre, que hace referencia a Marilyn Monroe y Charles Manson, el cantante enfrenta críticas de la comunidad católica, que lo asocia con antivalores, mientras el gobierno defiende su inclusión como parte de la libertad artística en un estado laico.
¿Qué motiva la oposición religiosa?
La Iglesia católica, liderada por el arzobispo Jorge Alberto Cavazos, pide la cancelación del concierto, argumentando que su música y estética vinculada al metal industrial y al shock rock contradicen los valores familiares y religiosos de la Fenapo, ligada a San Luis Rey de Francia.
Desde el 1 de julio, fieles iniciaron un ayuno de 40 días, considerándolo una amenaza espiritual y citando su historial de acusaciones de abuso sexual por exparejas como Evan Rachel Wood. Su nombre y temas como “Antichrist Superstar” alimentan percepciones de "burla" a las creencias.
¿Cómo responde el gobierno sobre esta tensión?
El gobernador Ricardo Gallardo ha reafirmado que el concierto sigue en pie, destacando que “no estamos en la Inquisición” y que la asistencia es voluntaria, alineándose con los principios laicos del estado.
Esta postura choca con las demandas religiosas, reflejando un debate nacional sobre libertad de expresión versus tradiciones culturales. Con la Fenapo del 8 al 31 de agosto incluyendo actos diversos como Belinda y DJ Tiësto, la inclusión de Manson subraya un intento de diversificación, pero también expone divisiones sociales.
¿Cómo ha evolucionado la polémica desde su anuncio?
- Inicialmente, las redes sociales se llenaron de entusiasmo entre fans del metal y la contracultura, pero pronto emergieron críticas de grupos religiosos que organizaron marchas silenciosas frente al Palacio de Gobierno.
- El 15 de junio, el ayuno de 40 días comenzó con misas diarias, mientras petitorios en Change.org superaron las 5,000 firmas pidiendo su retiro.
- El gobierno respondió el 1 de julio con un comunicado defendiendo la pluralidad, pero el 5 de julio, tras un debate en el Congreso local, la tensión alcanzó su pico con declaraciones cruzadas.
Hoy, a un mes del evento, la ciudad vive un clima polarizado, con carteles a favor y en contra decorando las calles, reflejando un choque cultural que promete mantenerse hasta el concierto.