Stranger Things 5 encuentra su momento decisivo: la charla que transforma a Will
Hawkins, Indiana (o lo que queda de ella).– Mientras el "Upside Down" se filtra en el mundo real y Vecna teje su telaraña de terror, Stranger Things 5 encuentra su pulso emocional en una linterna temblorosa y dos almas queer conectadas por el miedo a ser vistas.
El diálogo entre Will Byers (Noah Schnapp) y Robin Buckley (Maya Hawke) en el episodio 4, “The Sorcerer”, no es solo una confesión: es una explosión. Lo que empieza como un susurro en el bosque termina deteniendo Demogorgons y rompiendo el ciclo de represión que ha marcado a Will desde la primera temporada.
Los hermanos Duffer lo diseñaron como el “Santo Grial” del personaje, fusionando identidad, trauma y superpoderes en un clímax que ya tiene a fans y críticos llorando en foros y redes.
¿Cómo alguien no correspondido se convierte en el detonador de superpoderes?
Es el eco de sus sentimientos por Mike (Finn Wolfhard), expuestos en la temporada 4 como un amor unilateral que lo ha dejado colgando en la periferia de su propio grupo de amigos.
Robin, testigo accidental de un beso entre Will y… bueno, de sus propios ojos curiosos sobre ella besando a Vickie (Amybeth McNulty), su novia secreta en esta era de prejuicios ochenteros, se convierte en el puente perfecto.
- “Yo también busqué validación en el lugar equivocado”, le dice Robin, recordando su propio "crush" por una chica en la temporada 3. “Pero el poder no viene de afuera. Todo lo que necesitas está en ti”.
El Castle Byers construido con Jonathan, los dibujos protegidos por Joyce y aquel momento en que Mike le ofrece amistad en lugar de algo más.
En el clímax del Volumen 1, mientras los Demogorgons arrasan con soldados y ponen contra las cuerdas a Robin, Murray (Brett Gelman) y a los niños evacuados, Will vuelve a esas palabras. Sus ojos se nublan, la nariz sangra como la de Eleven y la escena estalla.
Accede a la visión de las criaturas, las inmoviliza y las destruye con un solo gesto. Es el giro que la audiencia queer esperaba desde 2016, cuando Joyce enfrentó las burlas homofóbicas de Lonnie para proteger a su hijo.
¿Es Robin la mentora queer que Stranger Things necesitaba para cerrar el círculo?
Robin Buckley no es solo la chica sarcástica con palas y vinilos: en la temporada 5 se erige como la “anciana queer” de Hawkins, un faro para Will en un pueblo donde ser diferente significa esconderse.
Maya Hawke, en Entertainment Weekly, confesó que sus manos temblaban durante el rodaje:
- “Sentía el peso de lo que significaba para Will y para Noah”.
Los Duffer, en la misma entrevista, explican que este vínculo era inevitable:
- “Will y Robin comparten el miedo y la incertidumbre. Ella es la otra persona queer que él conoce, y su charla es el catalizador para que acceda a sus poderes”.