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Experimento social

Hoy quiero platicarles de un experimento social que hice en Twitter y que me resultó por demás interesante.

Por:Carolina Hernández

Hola qué tal, soy Carolina Hernández y este es Sin Esdrújulas, tu micro mini podcast / fiesta de guardar / Epifanía / favorito.

Y hoy quiero platicarles de un experimento social que hice en Twitter y que me resultó por demás interesante.

Lancé una pregunta que era: si les incomoda las cenas familiares en estas fechas, ¿por qué van?

La intención no era, como casi siempre es, juzgar desde mi sillón moral… Genuinamente, quería saber las razones por las que podemos seguir atados a una familia que nos lastima o nos violenta. Yo ponía a discusión la posibilidad de podar el árbol familiar, entendiendo que eso también es una decisión compleja a la que no todas las personas tienen acceso.

Hubo, por supuesto, respuestas generadas por una pobre comprensión lectora en las que se argumentó que la familia no se elige o que lo hacían por amor, sin reparar en la premisa fundamental de la pregunta: si te lastima, ¿por qué vas? O peor aún, entendiendo el amor como ese sacrificio lleno de dolor y aguante.

Sin embargo, también hubo quienes aceptaron que van por culpa, por miedo, por soledad, por presión social, porque es un compromiso y uno debe cumplirlo, por una responsabilidad autoimpuesta…

Pero hubo una en particular que me pareció muy interesante y se las leo textual:

Carmen Ch

Porque las ramas están atadas a otras ramas que si queremos y a veces para poder ver a unas tenemos que ver a las otras. Me pareció interesante que no estemos acostumbrados a generar esos momentos más allá de las tradiciones impuestas.

Es decir, ¿si lo hacen por ver a la abuela que tanto quieren? ¿No podrían ir a cenar con ella un martes cualquiera de junio?

Calendarizar los afectos es algo que podríamos comenzar a evitar.

Que decir te quiero sea en sí la celebración.

Sin embargo, ahí viene la segunda parte del asunto.

Y es que hubo respuestas dolorosas como las de que no pueden dejar de ir porque no hacerlo implica sufrir violencia económica, o que van porque son víctimas de manipulación, chantaje, o porque se sienten obligadas a mantener las apariencias…

Y ahí es en donde todo se complica.

Porque no todas las personas podemos podar el árbol familiar. Por eso, de verdad mi tuit no iba con esa carga de superioridad.

Porque tengo perfectamente claro que romper lazos violentos o dolorosos no es cosa solo de querer. No depende de desearlo mucho ni de echarle muchas ganas.

No todas las personas tienen las mismas herramientas emocionales o económicas o sociales o afectivas para tomar una decisión así.

Y es importante que lo entendamos porque solo así podremos ser más empíricos y gentiles con esas personas que, de verdad, no pueden soltar esos lazos aunque les lastimen.

Lo que sí creo importante resaltar es que si tenemos en nuestro círculo alguien que está pasando por una situación así, que debe convivir con sus agresores en estas fechas, recordarles que estamos cerca… pero y estar de verdad cerca para apoyar cuando finalmente puedan podar esa rama con espinas.

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