Cola de Caballo: el paraje natural que ahora es sede de bodas, tradiciones y eventos especiales

La majestuosidad de la Cola de Caballo, en el municipio de Santiago, Nuevo León, no solo ha convertido al parque en uno de los destinos turísticos más visitados del estado.

Con el paso de los años también se ha consolidado como un escenario cultural y social, elegido por cientos de parejas, familias y comunidades para celebrar bodas, sesiones fotográficas, rituales y diversas tradiciones locales.

Ubicado en la Sierra Madre Oriental, el parque comenzó como un atractivo natural para visitantes en los años 80.

Sin embargo, con el auge turístico de Santiago y la expansión de servicios alrededor del paraje, surgió una tendencia inesperada, la de convertir la cascada y sus miradores en espacios simbólicos para marcar momentos importantes de la vida.

¿Para que momentos especiales acuden los visitantes al Parque Cola de la Caballo?

En este sentido, para muchas parejas, casarse frente a la caída de agua de 25 metros es sinónimo de “armonía y buena fortuna”.

De acuerdo a las agencias de eventos de Santiago confirman que, desde hace más de una década, las bodas en Cola de Caballo se volvieron una tradición, especialmente entre parejas que buscan una ceremonia íntima rodeada de naturaleza.

Además, el parque se transformó en un punto obligado para sesiones de fotos de XV años, propuestas de matrimonio y aniversarios.

Asimismo, el parque también ha fungido como escenario para eventos comunitarios y actividades que forman parte de la identidad cultural de Santiago.

¿En que han beneficiado la presencia de eventos culturales a este sitió natural?

De acuerdo con autoridades locales, la presencia constante de actividades culturales ha permitido que la Cola de Caballo deje de ser solo un atractivo natural para convertirse en un punto de encuentro para la comunidad, donde las tradiciones se mezclan con el turismo.

¿Qué acciones se han emprendido para proteger la reserva natural del Parque?

Aunque el uso cultural del parque ha crecido, las autoridades y organizadores de eventos han tenido que implementar regulaciones para proteger la cascada y minimizar el impacto ambiental.

Entre ellas destacan límites para bodas o eventos masivos, horarios específicos y lineamientos estrictos para proveedores.

Aun así, visitantes y habitantes coinciden en que la magia del lugar se mantiene intacta, y que la mezcla entre la belleza natural y las celebraciones humanas ha convertido a la Cola de Caballo en uno de los espacios más simbólicos del municipio de Santiago.