Mercadito de Navidad. Foto: Canva.
Mercadito de Balcones de San Miguel en Guadalupe, encuentra aquí todos tus adornos de Navidad
Cada sábado por la tarde, las calles de la colonia Balcones de San Miguel en Guadalupe, Nuevo León, dejan de ser una vía de tránsito común para convertirse en un vibrante corredor comercial.
En esta época del año, el recorrido cobra una magia especial: entre el bullicio habitual, el aroma a antojitos se mezcla con el espíritu decembrino, convirtiendo a este tianguis en una parada obligada para las familias regias.
¿Dónde inicia este inmenso corredor de compras?
Este coloso comercial se extiende a lo largo de la avenida Balcones de San Miguel, una arteria vital que conecta la avenida Adolfo Ruiz Cortines con el boulevard Acapulco. Su ubicación estratégica abarca las colonias Balcones y Valle de San Miguel.
Para quienes buscan visitarlo desde otros puntos del área metropolitana, el acceso es sumamente sencillo, ya que uno de sus extremos colinda directamente con la estación de la Ecovía San Miguel, facilitando la llegada de cientos de compradores listos para la temporada.
¿Qué tesoros navideños encontrarás en sus pasillos?
La oferta es tan inmensa como su longitud. Aunque durante el año es ideal para herramientas y ropa, en diciembre los pasillos se llenan de color. Aquí podrás surtir tu lista completa gracias a su variedad:
- Decoración total: Encontrarás desde pinos de Navidad naturales y artificiales, hasta cajas de esferas, luces LED de todos colores y adornos artesanales tanto para el interior de la casa como para el pino.
- Regalos y ambiente: Es el sitio perfecto para hallar juguetes y ropa, mientras disfrutas de churros calientes en puestos decorados que mitigan el frío invernal.
¿Por qué es la mejor experiencia nocturna en Nuevo León?
Lo que distingue al mercadito de Balcones, además de ser considerado el mercado ambulante más extenso de la región, es su inusual horario vespertino y nocturno.
- A diferencia de los tianguis matutinos, este cobra vida cuando cae el sol.
Recorrer sus interminables pasillos bajo la iluminación de los puestos y las luces navideñas crea una atmósfera de calidez y alegría barrial que difícilmente se encuentra en un centro comercial convencional, ideal para quienes trabajan y buscan hacer compras al final del día.