En el corazón de Monterrey se encuentra el Mesón Estrella, un lugar donde la historia y la tradición siguen vivas. Foto: Yarince Torres
El Mesón Estrella: La tradición que palpita en el corazón de Monterrey
El Mesón Estrella, ubicado en Juan Méndez Norte, se levanta como uno de los pocos lugares capaces de narrar, sin necesidad de palabras, casi un siglo completo de vida regiomontana.
Cruzar cualquiera de sus accesos es entrar a un mundo donde el bullicio tiene un ritmo propio, donde las voces se mezclan con aromas frescos y donde las historias se esconden incluso en los rincones menos pensados.
Aquí, la rutina no es sinónimo de monotonía, sino la reafirmación de una tradición que sigue viva, colorida y chispeante.
¿Qué es el Mercado del Mesón Estrella?
Fundado en 1932, el Mesón es mucho más que un albergue de frutas y verduras. Es un escenario social, un punto de encuentro, un espacio donde convergen generaciones completas de comerciantes, clientes habituales y visitantes curiosos.
Todos ellos llegan atraídos por los precios, por las costumbres o simplemente por ese gusto que sólo los lugares con alma saben provocar.
Pero para entender su relevancia actual, primero hay que recorrer su pasado, uno que se remonta aún más atrás que su fundación oficial.
¿Cómo inició la historia del Mesón Estrella y qué ocurrió antes de su fundación?
La historia de este emblemático espacio no comienza en 1932, sino en 1915. En aquellos años, los comerciantes de la ciudad vendían sus productos en la Plaza de Gollado, cerca de una antigua fábrica azucarera que servía como punto de referencia para los compradores.
Era un ambiente rústico, improvisado, pero lleno de vida; un sitio donde se respiraba esfuerzo y donde las familias que comenzaban a forjar el comercio local dejaban su marca día tras día.
Sin embargo, con el crecimiento urbano y la necesidad de un espacio más organizado, los comerciantes recibieron la instrucción de reubicarse.
No fue un cambio sencillo; significó despedirse de un lugar que ya tenía historia y arraigo. Pero fue también la oportunidad de crear algo mayor.
Fue así que, casi tres décadas después, encontraron su nueva casa: el sitio donde hoy se erige el Mesón Estrella.
¿Qué convierte al Mesón Estrella en un emblema vivo de la identidad regiomontana?
Lo que distingue al Mesón Estrella no es solo su antigüedad, sino su capacidad para conservar su esencia aun cuando la ciudad que lo rodea se transforma sin pausas.
Entre pasillos llenos de color, montañas de productos frescos y puestos que sobreviven al paso del tiempo, se conserva un espíritu comunitario que pocas veces se encuentra en la modernidad.
En él, cada vendedor parece ser también un narrador oral, cuentan anécdotas de los días de lluvia cuando el mercado se inundaba, de las madrugadas frías descargando mercancía, de los clientes que comenzaron siendo niños y hoy regresan con sus propios hijos.
Las familias que acuden al Mesón no solo compran; se sienten parte de algo. Saben que este lugar no es un simple mercado: es un refugio, un escenario que documenta, sin cámaras ni micrófonos, la evolución cultural de todo Monterrey.
¿Por qué personas de fuera del área metropolitana siguen visitando el Mesón?
A pesar de que Monterrey ha visto surgir supermercados, tiendas de conveniencia y conceptos gastronómicos cada vez más modernos, el Mesón Estrella continúa reuniendo a visitantes de municipios vecinos e incluso de otros estados. ¿La razón? Su autenticidad.
Aquí, los precios siguen siendo competitivos, la calidad de los productos se mantiene como una carta de presentación y la experiencia de recorrer los pasillos no se puede replicar en ningún otro lado.
Quienes llegan por primera vez se sorprenden de la vitalidad que conserva; quienes vuelven lo hacen por nostalgia, por costumbre o por ese pequeño ritual personal de caminar entre aromas a cilantro fresco, carne recién cortada y pan dulce que invita a detenerse sin prisa.
¿Qué representa hoy el Mesón Estrella para Monterrey?
En pleno siglo XXI, el Mesón Estrella no solo sobrevivió, evolucionó sin perder su identidad. Su presencia habla de la capacidad de la ciudad para honrar su pasado mientras avanza hacia el futuro. Es un símbolo de resistencia cultural, de trabajo en comunidad y de pertenencia.
Para la entidad, el Mesón es historia pura. Cada día que abre sus puertas, reafirma que las tradiciones no se extinguen cuando se viven, se cuentan y se comparten. Que en Monterrey todavía existen lugares donde la memoria se puede oler, tocar y degustar.
Y en cada esquina del Mesón Estrella, esa memoria sigue vibrando, brillante como una estrella que nunca se apaga.