Este animal nativo de Nuevo León es un atleta del monte que corre más rápido que un coche en terracería
En los paisajes semiáridos y llanuras de Nuevo León habita un corredor natural que ha sorprendido tanto a biólogos como a cazadores: la liebre. Este mamífero lagomorfo, muchas veces confundido con el conejo, destaca por su habilidad para moverse a velocidades de hasta 70 km/h, superando incluso a algunos vehículos en terracería.
Su agilidad no solo la convierte en una presa difícil, sino también en un actor crucial del equilibrio ecológico en la región.
¿Qué especies de liebre habitan en Nuevo León?
Dos especies destacan en el estado, la liebre torda o de flancos blancos y la liebre de cola negra. Ambas se adaptan a diversos entornos, desde pastizales hasta mezquitales y bosques espinosos.
La liebre torda presenta un pelaje marrón rojizo, vientre blanco y una característica mancha blanca en la espalda, mientras que la de cola negra luce una espalda café y partes inferiores más claras, con una cola visiblemente oscura.
¿Cuál es su comportamiento y rol ecológico?
De hábitos mayormente solitarios, las liebres se reproducen en nidos simples y alcanzan su madurez sexual en aproximadamente un año. No hacen madrigueras, sino encames al ras del suelo. Su dieta se basa en pastos y hierbas, convirtiéndolas en una pieza clave dentro de la cadena alimenticia como presa de coyotes y otros depredadores.
¿Dónde se pueden observar y qué desafíos enfrentan?
Las liebres se pueden avistar en zonas como el Parque Nacional Cumbres de Monterrey, áreas rurales y sitios abiertos como el Bordo La Liebre, en Nuevo Rodríguez. Aunque en México su estatus poblacional no está del todo documentado, en Estados Unidos algunas subespecies están consideradas en peligro de extinción.
- Además, su proliferación puede afectar cultivos, lo que a veces las pone en la mira del control humano.
La liebre no solo es símbolo de velocidad y astucia, sino también un componente vital de la fauna nativa de Nuevo León.