Fauna silvestre en Nuevo León: Educación, rescates y conciencia ambiental

El crecimiento acelerado de la zona metropolitana de Monterrey ha traído consigo grandes beneficios en materia de desarrollo económico y urbano, pero también importantes desafíos ambientales.

Uno de los más visibles en los últimos años ha sido la convivencia cada vez más cercana entre la ciudadanía y la fauna silvestre, particularmente en las zonas montañosas que rodean la ciudad.

Al respecto, Luis Herrera, director de Parques y Vida Silvestre de Nuevo León; explicó que este fenómeno no responde a que los animales estén “invadiendo” la ciudad, sino a que la ciudad ha avanzado hacia su hábitat natural.

“La ciudad llegó a la fauna, la fauna no está llegando a la ciudad”, enfatizó el funcionario, al señalar que actualmente el desarrollo habitacional ya alcanzó zonas donde históricamente han vivido especies como el oso negro americano, coyotes, jabalíes y diversas aves.

Ante este escenario, el trabajo de Parques y Vida Silvestre se ha enfocado en una labor minuciosa de educación ambiental, monitoreo y atención directa a los reportes ciudadanos.

 ¿Por qué es cada vez más frecuente el avistamiento de fauna silvestre en zonas urbanas?

Uno de los factores clave que explican el aumento de avistamientos es la etapa de hiperfagia en la que entra el oso negro durante esta época del año. Este proceso implica un incremento significativo en su consumo de calorías para enfrentar las bajas temperaturas, aunque no hiberna por completo.

Frente a esta necesidad, resulta más sencillo para el animal encontrar alimento en la basura doméstica que recolectar frutos o cazar de manera natural.

El problema, explicó Herrera, es que los residuos humanos no solo son altos en calorías, sino que también están contaminados con plásticos, cartón y otros materiales que el animal no distingue. Esto provoca enfermedades internas que, con el tiempo, pueden propagarse a otros ejemplares.

¿Qué riesgos existen en la convivencia entre fauna silvestre y mascotas domésticas?

Otro punto crítico es el contacto entre la fauna silvestre y los animales domésticos. Las enfermedades que padecen las mascotas pueden transmitirse a los animales silvestres, generando un efecto en cadena que afecta a toda la población.

Un solo oso puede recorrer hasta 80 kilómetros en un día, lo que facilita la propagación de padecimientos a gran escala.

Para atender esta problemática, Parques y Vida Silvestre trabaja de la mano con la Guardia Forestal mediante el uso de fototrampeo, collares satelitales y análisis de comportamiento. Estas herramientas permiten identificar ejemplares recurrentes en zonas habitacionales y evaluar su estado de salud.

¿Por qué alimentar a la fauna silvestre es una práctica dañina?

Aunque muchas personas actúan con buena intención al dejar comida para los animales, esta práctica resulta altamente perjudicial. Alimentarlos genera un proceso de habituación, es decir, los animales comienzan a normalizar la presencia humana y a depender de ella para obtener alimento.

Esto altera su comportamiento natural, afecta su salud y pone en riesgo tanto a los ejemplares como a la población.

Cuando un oso baja repetidamente a una colonia, en ocasiones es necesario reubicarlo para protegerlo, aunque incluso así puede regresar a la zona urbana debido a su capacidad de desplazamiento.

¿Cómo se atienden los rescates y la recuperación de ejemplares?

El manejo de fauna silvestre protegida, como el oso negro, se realiza bajo estrictos protocolos. Al tratarse de una especie incluida en la NOM-059, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) es la autoridad que autoriza cualquier traslado.

En conjunto con la Guardia Forestal, se realiza un diagnóstico, se estabiliza al animal y, de ser necesario, se traslada a santuarios especializados para su recuperación y eventual reubicación.

¿Qué papel juega la educación ambiental en la protección de las especies?

Herrera subrayó que la educación es la herramienta más poderosa para generar un cambio real. Por ello, en 2025 se creó el programa “Un Ranger en tu escuela”, mediante el cual elementos de la Guardia Forestal acuden a primarias para enseñar a niños y padres de familia qué es la fauna silvestre, cómo convivir con ella y qué prácticas deben evitarse.

El objetivo es que desde temprana edad se comprenda que los animales silvestres no son mascotas y que su protección es una responsabilidad colectiva.

¿Qué se espera para el futuro en materia de conservación?

De cara a 2026, año en el que Nuevo León será sede de eventos internacionales como el Mundial, las autoridades buscan reforzar la imagen del estado como un referente en protección ambiental.

“Queremos que la gente sea embajadora de nuestra fauna y nuestros ecosistemas”, señaló Herrera, haciendo un llamado a no tirar basura, respetar los entornos naturales y mantener una convivencia responsable.

Finalmente, el director de Parques y Vida Silvestre exhortó a la ciudadanía a sentirse orgullosa de su estado no solo por su desarrollo, sino por su compromiso con la naturaleza. “La única forma de que exista un cambio es tomando conciencia y actuando. Si cuidamos lo que tenemos hoy, podremos seguir presumiéndolo mañana”, concluyó.