Tras queja viral, comercios en la Basílica exhiben precios para evitar abusos

Tras queja viral, comercios en la Basílica de Guadalupe exhiben los precios de los platillos con el objetivo de evitar confusiones, engaños o sorpresas al momento de pedir la cuenta.

Esto ocurre después de que se viralizara la queja de un ciudadano que acudió con su familia a la Basílica y posteriormente los llevó a cenar. Ordenaron: 1 gringa, 3 piratas y 5 refrescos; la cuenta ascendió a 1,550 pesos.

Tras esto, los comerciantes colocaron en grande los precios, aunque algunos comentaron que desde hace más de 20 años siempre los han tenido visibles.

¿Qué dijeron los comerciantes?

Durante un recorrido realizado por POSTA en las calles Juan Pablo II, San Luis Potosí y 2 de Abril, desde el exterior se apreciaban las listas de precios por platillo, así como el costo de los refrescos y demás productos en venta.

Ángeles Lara, de la Fondita Mila, mencionó que “por uno, la llevamos todos”, luego de que la mala experiencia de un cliente se hiciera viral y provocara que algunos visitantes evitaran comer en los locales del área.

• “Nosotros tenemos más de 20 años en este lugar y nunca ha habido quejas. Siempre hemos puesto los precios para que no haya malos entendidos o dudas al momento de hacer la cuenta”. 

Respecto al negocio señalado en redes, dijo que se trata de comerciantes que se instalan solo cada año en las fechas fuertes, lo que —aseguró— derivó en el abuso contra los comensales.

¿Qué se observó durante el recorrido?

No solo las fonditas o puestos de comida exhibían sus precios; también los vendedores de churros, elotes e incluso quienes ofrecen artículos religiosos.

“Qué bueno que ponen los precios, porque uno llega con ganas de comer de todo y no va solo, vamos con toda la familia. Y si no preguntamos, nos llega una cuenta que luego no podemos pagar”, mencionó una visitante a la Basílica que prefirió no dar su nombre.

¿Qué recomendaciones dan los comerciantes?

Ivonne Gaytán, quien vende elotes, mesquite y pan de elote, recomendó que, si un negocio no tiene los precios a la vista, es mejor preguntar antes de consumir cualquier alimento, incluso antes de hacer el pedido.

Finalmente, hicieron un llamado a que los visitantes sigan consumiendo y no se dejen ahuyentar por una mala experiencia en un negocio que no respeta los precios y abusa del consumidor.