¿Tienes un BFF?
Quizá no te resulte tan fácil como cuando tenías 5 años. A esa edad, se tiene preferencia por alguien de la clase y se usa el término, pero no siempre entienden su significado del mismo modo que cuando creces.
Hay niños que pueden decir que su pie izquierdo es su mejor amigo.
Spoiler: quizá si lo sea.
En 2019, Snapchat que entrevistó a 10 mil personas de entre 13 y 75 años de varios países localizados en distintos continentes y reveló que, en promedio, todos tenemos 7 mejores amigos.
A simple vista, estos parecen más que suficientes, incluso —si me pregunta usted— demasiados.
¿Pero qué es una amistad y por qué debería existir una mejor amistad por sobre todas las demás?
El significado de la palabra “amistad” varía entre diferentes culturas. Podría resumirse como una especie de amor fraternal por alguien que no es de nuestra familia.
Pero te tengo una noticia: una amistad es, en el fondo, una construcción social que hemos reproducido a partir de lo que nos han enseñado.
Sí, te lo jurito.
Si no, piénsalo: nuestro mundo está muy configurado para las parejas.
En las películas o son parejas románticas o son befas, de toda la vida, amistad única y verdadera que salva de todo. Las duplas amistosas resuelven juntas los grandes misterios, vencen a los malos malignos y dan la vida las unas por las otras.
Pero déjame que te diga que los mejores amigos no son obligatorios. No es una de esas cosas que debemos tener. No debe ser una obligación que nos estresa, nos agobia y nos agota.
Según Bárbara Caine, historiadora de la Universidad de Sydney antes de mediados del siglo XX, se solía usar el término “amigos queridos” o “amigos sentimentales”.
Nunca “mejores amigos”.
Ese término se socializó mediante un proceso cultural surgido en la segunda mitad del siglo XX en el que la ficción, la publicidad, la música comercial y el cine nos metieron en nuestra cabeza la idea de esta categoría afectiva.
Y resulta que buscar a un solo mejor amigo o una mejor amiga puede ser doloroso, pues tenemos que priorizar a unos sobre otros y a veces ni siquiera es un sentimiento recíproco.
Pero tener un solo mejor amigo no es lo más saludable.
Depender de una sola persona para nuestras necesidades emocionales genera mucha presión: nadie está disponible para ser un gran amigo de alguien, el cien por cien de su tiempo.
Y se pone peor, si me permites: las amistades ni son para toda la vida ni estarán ahí siempre. La gente cambia y los intereses dejan de ser, y, en ocasiones, hay que saber dejar atrás.
Necesitamos aceptar el hecho de que las amistades regularmente terminan y se esfuman, y que no hay nada malo con eso.
Que puedes tener 7 mejores amigos o ninguno y que también eso está bien. Que no porque Frodo y Sam hayan aguantado seis películas de 47 horas cada una como mejores amigos, nosotras también tenemos que hacerlo.
La monogamia amistosa también puede deconstruirse. Seamos poliamistosos y así tendremos muchas más redes que nos sostengan cuando les necesitemos.