Nayarit: disfruta tus próximas vacaciones entre tequila, barro y sabores deliciosos
Ubicado en el sur de Nayarit, Ixtlán del Río ofrece mucho más que paisajes y tranquilidad, un destino poco conocido, lejos todavía del bullicio de turistas.
Este pueblo mágico se despliega entre sabores ancestrales, vestigios prehispánicos y una calidez que transforma al visitante, es un sitio donde el tiempo parece detenerse e invitar a a reconectar con lo más importante: consigo mismo.
¿Qué hay en Ixtlán del Río para el visitante?
Sin duda, la experiencia culinaria en Ixtlán del Río es rememorar, desayunar en La Casona, es entrar a un espacio que es museo, galería y homenaje a la cocina local.
Los chilaquiles con camarones y carne zarandeada muestran la gastronomía local, mientras que en el taller de Chocolate Manena, el cacao y su procesamiento es todo un ritual desde que se tuesta, se muele hasta que se saborea.
Y para refrescarse en el calor de verano, las nieves de garrafa hechas de forma artesanal, ofrecen una costumbre que se mantiene viva, a pesar de los años y de los avances en la modernidad.
En este pueblo mágico, el mar hace notar su presencia con negocios locales y de tradición como la marisquería El 30, donde los camarones a la cora son de los platillos insignia del Pacífico mexicano en la Riviera Nayarit.
Sin duda el platillo que reina en la gastronomía de esta región de Nayarit es Pollo a la Picha, receta centenaria que cuenta su historia en salsa de jitomate, orégano y jalapeño.
¿Por qué barro, ruinas y fe se entrelazan en Ixtlán del Río?
La esencia ancestral se hace presente en Ixtlán del Río, muy cerca del centro de este pueblo mágico, a unos 9 kilómetros, se encuentra la zona arqueológica Los Toriles.
Espacio con sus templos circulares y vestigios dedicados a Ehécatl Quetzalcóatl, un sitio que cuenta la historia.
En el Barrio de los Indios, modelar barro es tocar siglos de tradición indígena, una experiencia profunda y la fe también tiene su lugar muy arraigado y especial.
La Parroquia de Santo Santiago Apóstol, una joya barroca, novohispana y rococó que está rodeada de portales, donde la vida cotidiana huele a pan y a juegos infantiles.
¿Naturaleza restauradora en Ixtlán del Río?
Ixtlán del Río es el destino ideal para quienes buscan un sitio alejado del bullicio y del estrés cotidiano, el silencio es el principal lujo en este pueblo mágico.
- Muy cerca, en La Haciendita, la Alberca de Piedra los visitantes encuentran lo que necesitan para reconectar consigo mismo y con la naturaleza.
- Hay cascadas, árboles y una cabaña en el árbol que es el refugio perfecto para el cuerpo y el alma, se pueden hacer las siguientes actividades:
- Refrescarse con un rico tejuino.
- Contemplar la fauna diversa de la región, desde conejos, tejones y coyotes hasta venados y jabalíes. Avistamiento de aves, entre ellas el jilguero, la urraca pinta y el pájaro carpintero alirrojo.
Sin duda, visitar Ixtlán del Río en Nayarit es mucho más que un descanso, es un aprendizaje.