Altamira reclama a ASIPONA obra detenida del cordón lagunario desde hace 9 años
La problemática del cordón lagunario en Altamira vuelve a la mesa, ahora, autoridades municipales han urgido a la Administración del Sistema Portuario Nacional (ASIPONA) a ejercer un recurso asignado desde 2016 para la rehabilitación de esta zona, cuya función ambiental es clave para el ecosistema local.
Aunque el recurso está etiquetado, la obra no ha sido ejecutada, el llamado se hace en medio de la preocupación por mantener el equilibrio ambiental y evitar daños mayores a largo plazo.
¿Qué y desde cuándo este recurso está pendiente?
De acuerdo con el director de Ecología y Medio Ambiente de Altamira, Rubén Herver, se trata de un presupuesto destinado hace casi una década y que hasta ahora, no ha sido aplicado por ASIPONA.
“Han llegado directivos a la ASIPONA, pero no ejercen el recurso. Desconocemos las causas”, señaló Herver, añadiendo que se califica como calidad de urgente la intervención al cordón lagunario.
El funcionario recordó que esta obra ha sido solicitada en repetidas ocasiones, y si bien el problema del cordón tiene al menos 25 años, no se han tomado acciones concretas para su rehabilitación.
¿Existe riesgo de inundación para Altamira?
El director descartó que el deterioro del cordón represente un riesgo directo de inundación para las colonias bajas del municipio, como se ha planteado en algunas versiones.
Sin embargo, subrayó la importancia de atender el problema para garantizar el funcionamiento adecuado del sistema natural y prevenir futuras afectaciones, sobre todo el futuras temporadas de lluvias que se avecinan.
Explicó también que la administración municipal ha mantenido reuniones constantes con autoridades federales, insistiendo en la necesidad de liberar el recurso y ejecutar la obra cuanto antes.
¿Qué función cumple el cordón lagunario?
Rubén Herver indicó que las marismas y el cordón lagunario actúan como reguladores naturales dentro del sistema ecológico, ahí la importancia de invertir el recurso que solicitan.
Funcionan como “coladores” que ayudan a mantener el equilibrio ambiental, evitando acumulaciones excesivas de agua, residuos o sedimentos. Por eso, su mantenimiento es clave para conservar la salud del entorno y prevenir daños a largo plazo.