En esta cueva escondida de Tamaulipas se han registrado más de 1500 pinturas rupestres
Por:David Paz
En las profundidades de la Sierra de San Carlos, en el municipio de Burgos, Tamaulipas, se encuentra un legado ancestral que ha permanecido oculto durante siglos.
La Cueva de los Caballos alberga un conjunto impresionante de pinturas rupestres que narran la historia de antiguos grupos nómadas. Este hallazgo ha cambiado la percepción sobre la presencia de culturas prehispánicas en la región.
¿Qué secretos guardan las paredes de la Cueva de los Caballos?
La Cueva de los Caballos, ubicada en el Cañón de Bronce de la Sierra de San Carlos, es uno de los sitios arqueológicos más significativos de Tamaulipas. En su interior se han registrado más de 1,550 pinturas rupestres que representan figuras antropomorfas, zoomorfas, astronómicas y abstractas.
Estas imágenes ofrecen una ventana al pasado, mostrando escenas de caza, rituales y aspectos de la vida cotidiana de los antiguos habitantes de la región. Entre las representaciones destaca un "mitote", una ceremonia comunitaria que refleja la importancia de los rituales en estas culturas.
¿Quiénes fueron los autores de estas manifestaciones artísticas?
Las investigaciones realizadas por arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) han identificado que al menos tres grupos de cazadores-recolectores nómadas, conocidos como guajolotes, iconoplos y pintos, fueron los autores de estas pinturas.
Estos grupos se desplazaban por la Sierra de San Carlos y áreas aledañas, dejando su huella en las paredes de las cuevas y cañadas. El estudio de estas manifestaciones ha permitido documentar la presencia de culturas prehispánicas en una región donde antes se pensaba que no existían asentamientos humanos significativos.
¿Cómo se han conservado estas pinturas a lo largo del tiempo?
Las pinturas rupestres de la Cueva de los Caballos han logrado mantenerse en un estado de conservación impresionante gracias a las condiciones climáticas de la región y al aislamiento del sitio. Los antiguos artistas utilizaron pigmentos orgánicos y minerales en colores como rojo, amarillo, blanco y negro, aplicados con técnicas que han resistido el paso del tiempo.
Sin embargo, los especialistas señalan la necesidad de realizar estudios químicos para determinar la composición exacta de los pigmentos y establecer una datación más precisa de las pinturas.
La Cueva de los Caballos representa un tesoro invaluable del patrimonio cultural de Tamaulipas. Su descubrimiento y estudio no solo enriquecen el conocimiento sobre las culturas prehispánicas del noreste de México, sino que también resaltan la importancia de preservar y proteger estos sitios arqueológicos para las futuras generaciones.
A medida que se profundiza en la investigación, la cueva continúa revelando secretos que conectan el presente con un pasado remoto lleno de historia y significado.
