Este espacio historico de Victoria, tiene más de un siglo e historia
Desde 1913, la Casa del Arte Victoria ha sido faro de creatividad y patrimonio, albergando generaciones de artistas y talleres. Hoy, rescata su vocación con exposiciones, danza, música y un auditorio vivo para la comunidad. Más que un edificio, es un testimonio vivo de la historia y la identidad tamaulipeca.
¿Qué historias guarda la Casa del Arte?
Construido de 1913, este inmueble neoclásico fue inaugurado como Instituto Científico Literario, diseñado por el arquitecto Enrique Biruegas por orden de Juan B. Castelló, gobernador de entonces. Con columnas de ladrillo y frontispicio, rodea un amplio patio interior.
En 1962, durante el gobierno de Norberto Treviño Zapata, se transformó en Casa del Arte, centro artístico fundado por David Celestinos Isaac y Ramón García Zurita. En 1990, recibió el reconocimiento del INAH como patrimonio cultural.
¿Cómo vive hoy la cultura en sus salones?
La Casa del Arte ofrece talleres gratuitos en música, danza, teatro, artes plásticas, oratoria, fotografía y más. Atiende a cerca de 900 alumnos distribuidos en 52 cursos con 20 maestros, fomentando creatividad y comunidad.
Con salón “Consuelo Cantú Leal” y galería “Ramón García Zurita”, honran a quienes contribuyeron a su esencia. Además, organiza conferencias, cine, ferias de arte y eventos especiales todo el año.
¿Qué impacto tiene en la vida de Victoria?
Más que un recinto, es un punto de encuentro intergeneracional. Su programación invernal y estival, como cursos de verano, ha fortalecido vínculos entre niños, jóvenes y adultos. Con una asistencia mensual que alcanza los 700 visitantes, la Casa sostiene un fuerte vínculo con la comunidad .
Ha sido escenario de exposiciones de muralistas y escultores locales como Artemio Guerra Garza, discípulo formado en sus aulas.
¿Qué le depara el futuro?
Adentrándose en su segundo siglo de vida, el recinto mantiene su misión de promover el arte y la identidad regional. Bajo la dirección del arquitecto Ricardo Zárate Reséndiz, ofrece actividades virtuales y presenciales, adaptándose a nuevas formas de enseñanza. Con su infraestructura restaurada, protege el patrimonio mientras avanza hacia la cultura digital y la universalización artística.
En su esencia, la Casa del Arte es más que un edificio: es un testigo vivo de Ciudad Victoria. Sus muros conservan los ecos de estudiantes, maestros y creadores que hicieron del arte su hogar, nutriendo a la comunidad y reflejando la riqueza cultural de Tamaulipas. Este espacio histórico sigue siendo un refugio, una escuela, un escenario y un símbolo de identidad que proyecta nuestro pasado con la mirada siempre al futuro.