Novios por poco y se pierden su boda en Ciudad Victoria, Tamaulipas
Daniela y Alan son una pareja de novios originarios de Ciudad Victoria, Tamaulipas, desde hace 2 años decidieron unir sus vidas en matrimonio, por lo que comenzaron con los preparativos de su boda.
CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Daniela y Alan son una pareja de novios originarios de Ciudad Victoria, Tamaulipas, desde hace 2 años decidieron unir sus vidas en matrimonio por lo que comenzaron con los preparativos de su boda, fueron meses de planeación y de decisiones para convertir ese día en el momento más especial de sus vidas.
A pesar del amor entre ellos, hubo ciertos factores que obligaron a posponer su fiesta de bodas en reiteradas ocasiones.
Pero luego de casi 24 meses, por fin parecía que ahora nada iba a detener su anhelada celebración, la organización del evento más importante de su relación se fue definiendo, el vestido de novia, el lugar de la fiesta, la música que amenizaría el día más alegre de sus vidas, el pastel y los alimentos que compartirían con sus a familiares y amigos que los acompañarían, arreglos florales, arreglos de mesa y sobre todo a los fotógrafos y camarógrafos que se encargarían de reflejar en fotos y vídeo, que en años más, se encargarán de recordarles a sus hijos y nietos la alegría que significó la celebración de la unión de sus vidas.
Y como no hay fecha que no se llegue, ni plazo que no se cumpla, el pasado 27 de octubre tenían esa cita para celebrar su unión matrimonial, el día inicio con los nervios normales que provocan una fecha importante en la vida de las personas; la hora marcada era las 19 horas, sin imaginarse que este día se convertiría en el momento más épico de su vida de pareja.
Como parte de su planeación de bodas, habían tomado la decisión de que el fotógrafo de bodas Vicente García (IG: vicentegarciamx) Canela Films (IG. Canelafilms) y Feelms serían los encargados de crear los contenidos de su boda, por lo que planearon una sesión de novios en un paraje sobre la carretera Rumbo Nuevo, a unos 20 minutos de Ciudad Victoria, porque habían decidió que sus fotografías tuvieran el mejor escenario que enmarcará su felicidad, pero no sabían que sería el inicio de sus minutos más desesperantes del día.
La sesión comenzó a la hora acordada, en el lugar ya se encontraba el equipo de fotografía, de vídeo y los creadores de contenidos, trabajaron por espacio de una hora, vivían ya parte de ese sueño que habían estado imaginando desde muchos meses atrás, todo iba saliendo como se había planeado.
Sin embargo apenas vivirían los momentos más intensos de sus vidas.
Al concluir su sesión, todos se dispusieron a tomar carretera y a continuar con la siguiente parte de la agenda y la fiesta, pero solo avanzaron unos kilómetros cuando a lo lejos vieron que había vehículos detenidos sobre la cinta asfáltica, fue en ese momento en que sus corazones comenzaron acelerarse al ver de forma coordinada sus relojes y darse cuenta de que el tiempo podría ser su enemigo para continuar con lo planeado, pero aun así, tenían la confianza de que no seria un problema.
Sin embargo, fueron pasando los minutos, los nervios y la desesperación comenzaban aparecer en los novios, pues no sabían lo que unos kilómetros adelante les impedía pasar y las manecillas del reloj hacían más corto el espacio para marcar las siete de la noche.
Al pasar los minutos y ver que no avanzaban, decidieron bajar el automóvil en el que viajaban y ver que era lo que impedía su paso, al llegar al inicio de la larga fila se dieron cuenta de que un grupo de socorristas de Protección Civil y Cruz Roja trabajan para sacar del interior de una camioneta tipo Fiat, a dos personas que se encontraban prensadas con heridas que ponían en riesgo su vida, motivo por el cual la circulación de la carretera Rumbo Nuevo se encontraba cerrada en ambos sentidos.
Fue en ese momento en que se dieron cuenta que estaban a punto de perderse su boda.
Los minutos varados en medio de una fila kilométrica de carros y el sonido de las herramientas de trabajo del personal de auxilio, los gritos de los paramédicos y socorristas, el olor a aceite quemado, a gasolina, y las constantes llamadas a su celulares de familiares y organizadores de la fiesta para saber porque no llegaban y si la fiesta debía continuar, fueron la escena que nunca había sido imaginada en el libro y guion de su boda.
No había nada que hacer, regresar y tomar una ruta alterna significaba por lo menos una hora y media de viaje, novios, fotógrafos y camarógrafos buscaban soluciones, sin embargo el resultado siempre era el mismo, esperar en medio de una larga fila de carros, autobuses y tráileres detenidos por las maniobras de rescate.
En un acto de fe, esperanza y amor, Alan bajo de nuevamente del carro, camino hasta donde estaban las autoridades y pidió de favor que los dejaran pasar, explicándoles el motivo de su desesperación, y como si hubiera sido el final de un guión de una película, los oficiales al ver que los paramédicos y socorristas habían logrado rescatar a los heridos e iniciaban el traslado de las personas al hospital de Ciudad Victoria, junto a la decenas de conductores que se encontraban en el lugar del accidente, les otorgaron el regalo de bodas más significativo, ya que iniciaron con maniobras para abrir un pequeño espacio para que el carro de los novios pudiera pasar y llegar a tiempo, donde los esperaban sus familiares y amigos para ver por fin la consagración de su matrimonio.
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