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Border Patrol encuentra a niño solitario en aguas del Río Bravo cerca de Nuevo Laredo
Por:David Paz
Una escena dolorosa se repitió en la frontera: un niño pequeño quedó solo, aterrado y vulnerable en las aguas frías del río Bravo. El menor fue abandonado por un presunto “patero” que huyó al detectar vigilancia, dejándolo expuesto a una corriente peligrosa incluso para adultos.
Agentes de la Patrulla Fronteriza lograron rescatarlo a tiempo, reavivando el debate sobre los riesgos mortales que enfrentan niñas y niños migrantes.
¿Cómo ocurrió el abandono del menor en el río Bravo y quién alertó a los agentes?
La Patrulla Fronteriza del Sector Laredo informó que el pequeño fue encontrado solo en la orilla del río Bravo, luego de ser abandonado por un presunto traficante de personas en un punto cercano a Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Los agentes patrullaban la zona cuando observaron movimiento irregular en el agua y notaron que el menor intentaba mantenerse de pie, temblando y claramente desorientado.
Según el reporte oficial, el tráfico de menores es una práctica frecuente entre las redes de contrabando humano, que operan sin escrúpulos y abandonan a niñas y niños en cuanto perciben riesgo de ser detenidos. En este caso, la pronta reacción de los agentes evitó un desenlace trágico, pues la corriente del río suele ser lo suficientemente fuerte como para arrastrar incluso a personas adultas.
¿Qué dijeron las autoridades sobre el estado del niño y la forma en que operan los traficantes?
Aunque no se revelaron datos personales del menor —como su edad, nacionalidad o estatus migratorio—, la Patrulla Fronteriza destacó que el niño fue resguardado inmediatamente y llevado a un punto seguro para recibir atención. El organismo insistió en que los traficantes suelen abandonar a menores sin pensarlo dos veces al detectar presencia policial, dejándolos en situaciones donde su vida corre grave peligro.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) ha documentado múltiples incidentes de este tipo: menores dejados en desagües, canales, bordos e incluso zonas inundadas durante tormentas. Cada episodio evidencia la brutalidad con la que operan estas redes, que ven a los menores como mercancía, no como seres humanos.
¿Por qué este caso vuelve a encender alarmas sobre la migración infantil en la frontera?
Historias como esta se han vuelto frecuentes en el río Bravo, uno de los cruces más peligrosos entre México y Estados Unidos. El flujo migratorio, combinado con engaños de traficantes y el desconocimiento de las familias, genera escenarios donde niñas, niños y adolescentes son expuestos a riesgo extremo sin que nadie pueda auxiliarlos a tiempo.
Las autoridades reiteraron su llamado a no confiar en redes de traslado ilegal, pues estas organizaciones no cuentan con protocolos de seguridad ni responsabilidad alguna hacia quienes transportan. Para muchas familias migrantes, sin embargo, la desesperación y la falta de opciones siguen siendo factores que las empujan hacia estas decisiones peligrosas.
La Patrulla Fronteriza señala que continuará reforzando la vigilancia en zonas críticas del río Bravo, especialmente en puntos donde se han registrado abandonos previos. También mantendrá campañas informativas dirigidas a comunidades migrantes para prevenir tragedias que, como la vivida por este pequeño, podrían evitarse con orientación y apoyo adecuados.
El caso del niño rescatado es un recordatorio doloroso pero urgente: la migración infantil, cuando está en manos de traficantes, se convierte en una ruleta donde cada minuto pone en riesgo la vida de los más vulnerables.
