Policías dispararon contra carro donde murió niño de 7 años en Reynosa, Tamaulipas

La tragedia golpeó a una familia originaria de Ciudad Victoria que viajaba rumbo a Reynosa. Su trayecto quedó marcado por el horror cuando un enfrentamiento armado terminó con la vida de su único hijo, Joshua, de apenas siete años.

Mientras sus padres se recuperan de las heridas en un hospital del IMSS, las acusaciones directas contra policías investigadores han desatado indignación y exigencias de justicia.

¿Cómo ocurrió el ataque en la carretera Reynosa–San Fernando?

Los hechos se registraron la tarde del jueves sobre la carretera a San Fernando, a la altura de la Clínica 270 del IMSS. Según los primeros reportes oficiales, elementos de la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas detectaron a civiles armados e iniciaron una persecución que derivó en fuego cruzado.

Sin embargo, la familia afectada asegura que no hubo confusión: su vehículo, un Jetta blanco, fue atacado directamente por una patrulla policial. Carlos Cáceres, padre del menor fallecido, narró entre lágrimas: “Saqué la mano para que dejaran de disparar, pero siguieron detonando las armas”.

¿Qué lesiones sufrieron los padres y cómo reaccionaron los agentes?

Carlos resultó con esquirlas en la cabeza y una herida en el rostro, mientras que su esposa, Cecilia Torres, fue intervenida por una fractura y dos impactos de bala en el brazo izquierdo. Aunque ambos están fuera de peligro, el dolor es inconmensurable: Joshua, su único hijo, no sobrevivió a las heridas de bala.

Cáceres denunció que, tras la balacera, los policías se identificaron y le pidieron perdón al reconocer que “se habían equivocado de vehículo”. “No es justo que me digas que te perdone cuando me quitaste a mi niño”, relató.

¿Qué se sabe de las investigaciones y la postura oficial?

Hasta el momento, la Vocería de Seguridad de Tamaulipas ha confirmado la muerte del menor y la hospitalización de sus padres, pero no ha emitido un posicionamiento respecto a la denuncia directa contra policías investigadores.

Personal de la Unidad de Servicios Periciales ya inició las diligencias en el lugar de los hechos, mientras familiares de la víctima piden justicia y apoyo económico para cubrir los gastos médicos y funerarios. La ausencia de una respuesta oficial ha generado cuestionamientos sobre la actuación de las autoridades y el manejo del caso.

La historia de Joshua es un reflejo doloroso de cómo la violencia en Tamaulipas sigue cobrando víctimas inocentes. Para sus padres, el recuerdo de ese trayecto quedó marcado para siempre: “Estoy vivo de milagro, pero me arrebataron a mi hijo”, dijo el padre. La exigencia de justicia, más que un reclamo, se ha convertido en un grito desesperado para que tragedias como esta no se repitan.