Urge rescatar las escuelas rurales de Tamaulipas: sin agua, sin baños y al borde del colapso

En la región del altiplano tamaulipeco, cientos de niñas y niños estudian en aulas sin servicios básicos y con techos que se desploman. La diputada Blanca Anzaldúa pide reorientar el presupuesto educativo y atender esta deuda histórica.

¿Cuál es la situación actual de las escuelas rurales en Tamaulipas?

La diputada local Blanca Anzaldúa, secretaria de la Comisión de Educación en el Congreso de Tamaulipas, denunció públicamente el abandono crítico en el que se encuentran decenas de escuelas rurales, especialmente en la región del altiplano.

En su mayoría, estos planteles fueron construidos con el esfuerzo de las propias comunidades, utilizando materiales endebles ante la falta de inversión estatal y federal. “La situación es crítica”, advirtió la legisladora, quien también subrayó que, a pesar de las condiciones, los niños continúan asistiendo a clases gracias al esfuerzo conjunto de padres y maestros.

¿Qué consecuencias tiene esta precariedad en la educación de los niños?

Más allá de las incomodidades, las condiciones actuales ponen en riesgo la salud y seguridad de los estudiantes. La falta de infraestructura adecuada también impacta en la motivación del alumnado y dificulta el trabajo de los docentes.

En muchos casos, el abandono durante los periodos vacacionales ha propiciado robos de equipo, ventiladores, aires acondicionados y hasta el cableado eléctrico.

Mientras que en las zonas urbanas algunos comités de padres logran subsanar ciertas carencias, en las comunidades rurales el rezago es mucho más profundo. “La necesidad es mucho mayor, y el rezago histórico exige atención inmediata”, expresó Anzaldúa, visiblemente preocupada por el olvido en el que se encuentran miles de alumnos.

¿Qué propone el Congreso local para atender esta problemática?

Como parte de su agenda legislativa, Anzaldúa adelantó que presentará un exhorto al Gobierno Federal para que los recursos educativos se distribuyan con base en criterios de equidad, y no solamente de densidad poblacional. La propuesta contempla además un diagnóstico técnico con datos duros que respalden la urgencia de intervenir en las escuelas rurales.

También reconoció el papel de los DIF estatal y municipales, cuya entrega de alimentos ha sido clave para mantener la asistencia escolar, pero enfatizó que la infraestructura debe ser la prioridad.

“No estamos pidiendo privilegios, sino justicia”, concluyó la legisladora. En medio del calor, la lluvia y la pobreza, hay aulas que aún resisten… pero ya no pueden esperar.