3 haciendas cerca de Mérida para visitar el fin de semana
Las haciendas en Yucatán son un reflejo de la riqueza histórica y cultural que dejó la época del henequén, conocido como el “oro verde”. Hoy, muchas de estas construcciones se han transformado en hoteles boutique, museos, restaurantes y espacios para experiencias únicas.
¿Cuáles son las haciendas cerca de Mérida?
Si planeas un fin de semana diferente, aquí te compartimos tres haciendas cercanas a Mérida que puedes visitar y disfrutar en compañía de familia o amigos.
- Hacienda Sotuta de Peón: Ubicada a solo 45 minutos de Mérida, es una de las más emblemáticas. Aquí podrás recorrer los campos de henequén, disfrutar de un tour en truck, nadar en el cenote Dzul Ha y probar la gastronomía yucateca en su restaurante. También ofrece temazcal, terapias de masajes, recorridos en cuatrimoto y hospedaje en cabañas, ideal para un fin de semana completo.
- Hacienda Yaxcopoll: Su nombre significa “lugar de los álamos verdes” en lengua maya. Esta hacienda ofrece recorridos culturales en su museo, hospedaje y renta de espacios para eventos o filmaciones. El acceso tiene un costo de 200 pesos por persona y cuenta con horarios establecidos de lunes a sábado.
- Hacienda Misné: Con una ubicación estratégica en Mérida, esta hacienda combina historia y modernidad. Sus visitantes pueden disfrutar de su spa, piscina y restaurante, además de la ventaja de estar cerca de otros atractivos turísticos del estado.
¿Cuándo es la mejor temporada para visitar hacienda Yucatán?
La mejor época para visitar estas haciendas es durante la temporada seca, de noviembre a mayo, cuando el clima es más agradable y hay menos lluvias. Los meses de diciembre a marzo destacan por sus temperaturas frescas y ambiente festivo. Si prefieres menos afluencia, abril, junio, octubre y noviembre son meses ideales.
¿Cuántas haciendas hay en Yucatán?
En su apogeo, Yucatán llegó a tener más de 1,400 haciendas henequeneras, controladas por pocas familias. Hoy en día, alrededor de 300 siguen en pie y muchas han sido restauradas para ofrecer hospedaje, recorridos culturales, restaurantes o eventos. Estas joyas arquitectónicas no solo cuentan la historia del estado, sino que también se han convertido en atractivos turísticos imperdibles.
