Del cráter de Chicxulub a Celestún: así se explica el relieve y los colores de Yucatán
La Península de Yucatán es un territorio que sorprende por su geología y la riqueza de sus paisajes. Desde el espacio, astronautas han capturado la diversidad cromática de los humedales y manglares, mientras que bajo la superficie se esconde un relieve kárstico que da origen a cenotes, cavernas y formaciones únicas.
Este entorno natural es resultado de millones de años de transformaciones geológicas, incluida la huella del impacto del meteorito de Chicxulub.
¿Qué paisajes destacan en la costa de Yucatán?
En la costa noroeste se encuentran humedales como la Ría Celestún, rodeados por manglares de intenso color verde. El movimiento de las corrientes oceánicas mantiene en suspensión sedimentos que pintan el agua con tonalidades anaranjadas y marrón rojizas. Además, esteros como Yucalpetén y Ría Lagartos conforman un ecosistema de gran valor ambiental y turístico.
¿Cómo se formó el relieve kárstico de la región?
El suelo yucateco está compuesto por roca caliza de origen marino. La disolución de este material por el agua ha creado un relieve kárstico caracterizado por planicies, depresiones y dolinas conocidas como cenotes.
Estos cuerpos de agua subterránea han sido utilizados desde la época maya como fuentes de agua dulce y, actualmente, son uno de los principales atractivos naturales de la región.
¿Dónde se encuentra el punto más alto de Yucatán?
Aunque Yucatán es mayormente plano, en el sur se eleva la Sierrita de Ticul, donde se encuentra el Cerro Benito Juárez, con 210 metros sobre el nivel del mar. Esta formación geológica se originó por movimientos tectónicos y, en sus alrededores, se localizan importantes zonas arqueológicas como Uxmal, Kabah, Sayil y Labná.
¿Qué papel jugó el cráter de Chicxulub en este paisaje?
El anillo de cenotes que rodea Mérida corresponde al borde del cráter de Chicxulub, producido hace 66 millones de años por el impacto de un meteorito de 11 kilómetros de ancho. Este evento no solo transformó la geología de Yucatán, sino que también marcó el final de la era de los dinosaurios, dejando una cicatriz visible en la distribución actual de los cenotes.