El paraíso de Yucatán escondido entre manglares creado por la fuerza de un huracán
En 1988, el impacto con gran fuerza del huracán Gilberto sobre la península de Yucatán, dejó destrucción a su paso, pero sus fuertes vientos y corrientes hicieron surgir un verdadero paraíso natural, escondido entre manglares.
Este rincón en la costa yucateca, donde la laguna se conecta con el mar, es perfecto para dar un paseo en kayak, avistar a flamencos rosas y demás aves exóticas, así como disfrutar de la playa tranquila y de un ojo de agua.
¿Dónde está el paraíso de Yucatán creado por un huracán?
A una hora y media de Mérida, entre Chuburná Puerto y Sisal, La Carbonera es una obra que la naturaleza dejó como regalo tras el destructivo paso de Gilberto, el llamado huracán del siglo XX hace casi 40 años.
En este paraíso se pueden encontrar manglares, islotes de selva, conocidos como petenes, y sabana yucateca, donde conviven varias especies animales y es un refugio de aves migratorias, entre mayo y noviembre.
¿Qué se puede hacer en La Carbonera?
Ya la sola visita a La Carbonera es una experiencia que vale la pena, pero además se pueden recorrer en kayak o practicar deportes como el paddleboard, siempre cuidando a los animales y a los ecosistemas en donde habitan.
Hay dos lugares que se tienen que visitar si o sí, uno es el ojo de agua Dzul-Ha, perfecto para bañarse y refrescarse en un manantial de agua dulce; el otro es una playa virgen para descansar y tomar el sol.
En La Carbonera se puede acampar y es un excelente destino para ver los atardeceres de Yucatán, para vivir un pasadía alejado de las playas llenas de gente y en un lugar donde la naturaleza es el anfitrión principal.
¿Cómo llegar a La Carbonera?
Los tours en lancha para llegar a La Carbonera salen desde Chuburná Puerto o Sisal y pasan por Isla Columpios, otro de los rincones paradisiacos de Yucatán que vale la pena visitar al menos una vez en la vida.
Se recomienda llevar protector solar, ropa cómoda, mucha agua y llevarse su basura al dejar el lugar, para mantenerlo intacto y que muchas más personas puedan conocerlo tan como lo creó la furia de la naturaleza.