¿Regresó de la muerte? El asombroso caso del bosque en la costa de Yucatán
Lo que antes era paisaje gris, triste y de muerte, poco a poco, ha ido recuperando la vida y el esplendor que alguna vez tuvo, en uno de los casos más asombrosos ocurridos en Yucatán, gracias a las labores de un grupo de personas en los últimos años.
En la Reserva de la Biosfera de Celestún se encuentra un lugar conocido como el bosque petrificado, que para muchos era uno de los destinos más inusuales de la costa yucateca, siempre llena de abundante vegetación y diversidad de animales.
¿Cuál es el bosque de Yucatán que regresó de la muerte?
También conocido como el bosque muerto, los manglares de Dzinintún ganaron popularidad por sus troncos que emergían del agua, totalmente, secos y blanqueados por la sal y el viento, que les daba una apariencia de estar hechos de piedra.
A la fecha, después de 20 años de trabajos para recuperar este bosque de manglar, los pescadores, habitantes de la localidad, quienes formaron una cooperativa y expertos científicos, han logrado revivir el 90% de este ecosistema costero.
¿Cómo se formó el bosque petrificado en Yucatán?
En septiembre de 1988, Gilberto, el Huracán del Siglo XX, por ser uno de los más intensos y mortíferos, azotó a la península de Yucatán, causando innumerables estragos, entre ellos, la devastación del manglar en Celestún.
Con el paso de este fenómeno natural que impactó fuertemente a Yucatán y Quintana Roo, la ciénega se llenó de agua salada, lo que mató al manglar, que necesita agua dulce para sobrevivir, transformándolo en un paraje desolado y sin vida.
Pero, no todo fue culpa del huracán Gilberto, la construcción del puente para conectar Celestún con la carretera hacia Mérida, así como la tala y la contaminación por basura, fueron clavos en el ataúd para sepultar al manglar, que se fue quedando sin agua.
¿Quiénes ayudaron al rescate de este bosque en la costa de Yucatán?
Tuvieron que pasar más de 15 años, para que un grupo de personas comenzaran el rescate de esta zona, con reforestación de más de 70 hectáreas. Fue hasta el 2020 que se conformó una cooperativa llamada Guardianes de los Manglares Dzinintún.
Esta agrupación de hombres y mujeres trabajan para proteger a los manglares de la tala, así como a recolectar basura y residuos sólidos. Otro de los esfuerzos es el monitoreo de aves, que son aliadas para la preservación de las áreas recuperadas.
Celestún es uno de los destinos de Yucatán con mayor diversidad natural, pues cuenta con playas, lagunas, cenotes, ojos de agua, sin dejar de mencionar que es uno de los hogares del flamenco rosa, el jaguar y otras especies, algunas, migratorias.
Con información de Paul Antoine Matos. Puedes consultar la investigación original en el siguiente enlace.