Vive una experiencia con el más allá en este pueblo fantasma de Mérida
Si eres de los que aman la llegada de los vientos de los difuntos y disfrutas las películas de terror, en Yucatán puedes ir más allá de lo tradicional y colorido, hay un lugar donde el misterio, la historia y lo sobrenatural se entrelazan, creando una experiencia única que te conectará con lo desconocido.
A solo 18 kilómetros de Mérida, se encuentra un sitio envuelto en leyendas y cargado de una atmósfera nostálgica. Se trata de Misnébalam, un famoso "pueblo fantasma" ubicado en la comisaría de Santa María Yaxché, justo a un costado de la carretera Mérida–Progreso.
¿Qué es Misnébalam y por qué lo llaman pueblo fantasma?
A principios del siglo pasado, Misnébalam, cuyo nombre en maya puede interpretarse como “la cola del jaguar”— fue una próspera hacienda henequenera, habitada por unas 170 personas. Su auge reflejaba el esplendor de la industria del henequén en Yucatán.
Sin embargo, el destino del lugar cambió de forma trágica. Según la leyenda, Fidencio Márquez, dueño de la hacienda, fue asesinado en 1921 en un camino blanco cercano a su propiedad.
Desde entonces, el pueblo quedó marcado por una energía poderosa, y muchos aseguran que el espíritu de don Fidencio aún deambula por sus calles desiertas.
Pero no es el único que se dice habita en el silencio de Misnébalam. También se habla de un niño, conocido como Juliáno Juliancito, quien presuntamente se quitó la vida en el lugar.
A él se suma la figura de un monje con túnica negra, que merodea en la antigua iglesia abandonada, alimentando las historias de apariciones y fenómenos inexplicables que rodean al pueblo.
¿Por qué Misnébalam quedó completamente deshabitado?
Más allá de las historias de fantasmas, las historias cuentan que en en pueblo se vivió una fuerte escasez de agua, lo que jugó un papel clave en su abandono, para el año del 2005, ya no quedaba ningún habitante.
Lo que alguna vez fue un centro de producción henequenera lleno de vida se transformó en un sitio desolado. Las estructuras están en ruinas, consumidas por el tiempo, pero conservan ese aire nostálgico y sobrecogedor que atrae a visitantes en busca de experiencias únicas.
¿Cómo llegar al pueblo fantasma?
Llegar es mucho más fácil de lo que parece, tomando la carretera a Progreso, en el kilometro 17 encontrarás una desviación que te lleva por un camino de tierra.
Recorre unos 5 kilómetros más, entre ganado y pequeñas construcciones y llegarás a la entrada. Aquí es tierra de nadie prácticamente entonces no hay cuota de entrada, pero eso si cuando entras la piel se puede poner de gallina, la energía que se vive en ese lugar es de otro mundo.
Es por eso que igual suele ser utilizado por personas que realizan santería, lo cual puede que el lugar sea un conducto entre lo vivo y lo muerto.