Menos trabajo, más vida: lo que cambiaría en CDMX con la jornada de 40 horas
Reducir la semana laboral de 48 a 40 horas es una propuesta que va más allá del descanso: representa dignidad, salud y más tiempo.
La reforma por la jornada laboral de 40 horas es relevante y urgente en lugares como la CDMX. La capital depende de una gran fuerza de trabajo: transporte, comercio, servicios, oficinas, cuidados. Muchas de estas labores implican largas jornadas y desgaste físico y mental.
Reducir el tiempo laboral es una política que podría mejorar la calidad de vida de quienes sostienen la ciudad.
Además, como ha señalado la jefa de Gobierno de la CDMX, Clara Brugada, una semana laboral más corta podría ser un impulso para la productividad, no un obstáculo para la economía.
¿Qué propone exactamente la reforma?
La iniciativa que se discute busca modificar el artículo 123 de la Constitución y la Ley Federal del Trabajo para fijar una jornada máxima de 40 horas semanales, repartidas en cinco días, sin recortar el salario de los trabajadores.
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También prevé que por cada cinco días trabajados haya al menos dos días de descanso. La reforma contempla que la jornada nocturna máxima sea de 6 horas y, para personas de entre 15 y 16 años, de 5 horas diarias.
El problema es que plantea una implementación gradual que podría completarse hacia 2030, para dar tiempo a las empresas para adaptarse.
Se propone que la jornada nocturna sea máximo de 6 horas. Foto: @yoxlas40horas
¿A quién beneficiaría este cambio en la Ciudad de México?
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) el 27.8% de los trabajadores en la CDMX laboran más de 48 horas semanales. Es decir, 3 de cada 10 trabajadores solo tienen un día de descanso.
Reducir la jornada a 40 horas podría significar un respiro real para muchas personas que hoy viven jornadas extenuantes: más tiempo para la familia, para descansar, para cuidar su salud mental.
Además, al tener más días libres o menos horas diarias, muchas trabajadoras y trabajadores podrían organizar mejor sus horarios, conciliar vida personal y laboral y evitar el desgaste crónico.
La reducción permitiría disminuir el desgaste de quienes pasan hasta cuatro horas diarias en transporte público en ciudades como la CDMX, tiempo que puede aumentar durante la temporada de lluvias.
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¿La reforma de las 40 horas afecta a los empresarios?
Aunque hay resistencias de algunos empresarios contra la reforma laboral, la realidad es que expertos han señalado que con buenas prácticas traerá beneficios.
Para Francisco Martínez, de Adecco, las empresas tienen que ir cambiando su cultura de evaluar a los trabajadores por el número de horas que pasan en el centro laboral, hacia una orientada a objetivos cumplidos.
Además, estudios muestran que jornadas más cortas pueden traducirse en mayor productividad, menor rotación y mejor calidad de vida para el personal.
México es el país que más trabaja en el mundo, según datos de OCDE, pero a la vez es el segundo menos productivo, pues produce solamente 30 dólares por hora cuando el estándar global es de 70.
¿Por qué, si es tan urgente, no ha sido aprobado ya?
La realidad es que la reforma no está en la agenda legislativa inmediata. Ricardo Monreal, coordinador parlamentario de Morena, ha dicho que no hay certeza de una votación durante el actual periodo de sesiones.
La iniciativa fue anunciada públicamente, pero aún enfrenta debates, especialmente con el sector empresarial: algunas empresas advierten que la reducción podría aumentar sus costos entre un 10% y 25%, al tener que ajustar su plantilla o pagar más horas extra.
Si bien la presidenta Claudia Sheinbaum ha planteado presentar formalmente la iniciativa al Congreso, señaló que se está construyendo un acuerdo entre el sector empresarial, los empresarios de México, los empleadores y las representaciones de los trabajadores.
La jornada laboral de 40 horas es una promesa de cambio real para millones de trabajadores, también en la Ciudad de México. No es solo cuestión de trabajar menos: es una apuesta para devolver tiempo, salud y dignidad a quienes sostienen la vida en la ciudad.
Pero para que esa promesa no se quede en palabras, hace falta que el Congreso actúe con rapidez y convicción, ya que la dignidad de las y los trabajadores no puede esperar.
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Las personas pasan varias horas en el transporte público de camino a sus trabajos y de regreso a sus hogares. Foto: @yoxlas40horas/ Paola Atziri
