Ernesto Chavana analiza el robo de ropa que encendió la alarma en centros comerciales de San Pedro
Dos mujeres fueron detenidas en San Pedro por intentar robar ropa valorada en 10 mil 500 pesos; esto ocurre en plena temporada decembrina.
En un centro comercial de la zona poniente de San Pedro, sin que hasta ahora se tenga plena certeza si ocurrió en Plaza Fiesta San Agustín, Valle Oriente u otro punto cercano, autoridades detuvieron a dos mujeres que intentaban sustraer una importante cantidad de ropa sin pagar.
El valor de la mercancía rondaba los 10 mil 500 pesos, una cifra que, aunque no millonaria, sí resulta significativa por las implicaciones legales y sociales que conlleva.
El caso no pasó desapercibido. En plena temporada decembrina, cuando el flujo de personas y dinero aumenta por el pago de aguinaldos, este tipo de hechos comienza a repetirse con mayor frecuencia.
En POSTA Opinión, Ernesto Chavana ha insistido en la importancia de extremar precauciones: no exhibir efectivo, cuidar pertenencias y mantener atención en espacios concurridos ya no es una recomendación opcional, sino una necesidad.
¿Cómo logran las farderas ocultar tantas prendas?
Uno de los aspectos que más llama la atención es el método. El robo no fue de una sola prenda, sino de varias capas de ropa colocadas una sobre otra. La pregunta es inevitable: ¿cómo lo hacen sin ser detectadas? Vestirse con una sola prenda puede resultar complicado incluso en un vestidor, por lo que portar múltiples pantalones, blusas o faldas sin levantar sospecha habla de una práctica planeada y ensayada.
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¿Qué lleva a arriesgar la libertad por esa cantidad?
El análisis va más allá del robo. Arriesgar la libertad por poco más de 10 mil pesos plantea un dilema serio. Las consecuencias legales son claras: detención, proceso penal y posible cárcel. No se trata de un acto impulsivo, sino de una conducta reiterada que implica conocimiento del riesgo y de las sanciones.
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¿Están las tiendas listas para enfrentar estos delitos?
El comercio ha comenzado a reaccionar. Cada vez es más común ver sensores, mallas electrónicas y sistemas de alarma en prendas y artículos de gran tamaño. Empresas y supermercados han reforzado sus medidas ante pérdidas que ya alcanzan cifras récord. Aun así, los robos continúan, incluso a gran escala, lo que evidencia que el problema persiste.
El caso de estas dos mujeres se volvió viral porque refleja una realidad más amplia. No son hechos aislados. Hay más personas que recurren a estas prácticas, aprovechando el descuido y los tumultos. Por ello, la detención fue vista como un mensaje claro: el robo tiene consecuencias.
Desde la opinión de Ernesto Chavana, es positivo que la autoridad haya actuado y que la mercancía fuera recuperada. El llamado es a que se impongan sanciones firmes para que estos casos sirvan como ejemplo y freno para futuras conductas similares.
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