GUAQUI, Bolivia — Un médico jubilado adoptó unos 20 patos en Bolivia, los cuales lo esperan cada día para que los alimente hace casi siete años en la costa del lago navegable de mayor altitud del mundo, el Titicaca.
Gonzalo Coro, de 75 años, señaló el viernes que militares del Ejército le regalaron las aves después de que la Aduana de Bolivia las decomisó porque un grupo de personas intentaban ingresarlas desde el vecino Perú sin ningún permiso. Él las llamó “Las Pamelas y los Lucas”.
“Yo los quiero mucho, son mis patos. Yo prefiero no comer a que a ellos les falte comida”, dijo mientras les daba maíz y salvado a orillas del lago, en el que los patos viven libremente.
Coro es conocido como “el doctor” en la localidad de Guaqui, a unos 90 kilómetros al oeste de La Paz, un punto fronterizo con Perú en el que está apostado el control aduanero.
“Hace siete años el doctor trabajaba en el cuartel y cada vez les venía a dar comida. Él los trajo, él les cuida y no se los come”, dijo Lourdes Inka, una vendedora callejera que trabaja a orillas del Titicaca.
Un letrero agradece el alimento para los patos 'Las Pamelas y los Lucas' en la costa del Lago Titicaca, el viernes 10 de septiembre de 2021, en el puerto de Guaqui, Bolivia. Gonzalo Coro, un médico retirado, ha adoptado más de 20 patos a los que ha nombrado 'Las Pamelas y los Lucas', los cuales viven libremente en las costas del lago. (AP Foto/Juan Karita)
Gonzalo Coro, de 75 años, camina con un balde de comida para alimentar a los patos que adoptó en la costa del Lago Titicaca, el viernes 10 de septiembre de 2021, en el puerto de Guaqui, Bolivia. (AP Foto/Juan Karita)
Patos adoptados nadan junto a la costa del Lago Titicaca el viernes 10 de septiembre de 2021, en el puerto de Guaqui, Bolivia. Gonzalo Coro, un médico retirado de 75 años, ha adoptado más de 20 patos. (AP Foto/Juan Karita)
Entre el puesto de Inka y la costa del lago hay un pedazo de cemento en el que los turistas le escribieron un agradecimiento al doctor: “Gracias por el tostado (comida). Firmado por las Pamelas y los Lucas”.
Después de jubilarse Coro se fue a descansar a su casa en Guaqui, donde ha dado rienda suelta a su amor por los animales: ha rescatado a siete perros, así como a loros australianos que se han reproducido, a palomas y a sus 20 patos.