Estas son las inconformidades de los estudiantes de la Escuela Náutica Mercante de Tampico
Alumnos de la Náutica de Tampico denuncian abandono, agresiones, insalubridad y abusos de autoridad dentro del internado.
La Escuela Náutica Mercante de Tampico enfrenta una oleada de denuncias que exponen un deterioro grave en sus instalaciones y su vida académica.
Estudiantes hicieron llegar a autoridades federales un documento donde narran insalubridad, fallas de seguridad, abuso de autoridad y deficiencias docentes.
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Las quejas, que incluyen riesgos físicos y un clima institucional tenso, han encendido la alarma en una institución histórica para la formación marítima del país.
¿Qué condiciones denuncian los estudiantes sobre dormitorios, higiene y seguridad interna?
Los testimonios apuntan a un abandono generalizado dentro del internado. Los alumnos aseguran que los dormitorios se encuentran en condiciones “inhumanas”, con aires acondicionados dañados que vuelven insoportable la estancia, especialmente bajo el clima cálido y húmedo característico de Tampico.
Reportan además que los sanitarios carecen de limpieza básica, con tazas sucias, olor permanente y falta de mantenimiento, lo que representa un foco de insalubridad para toda la comunidad.
Las cámaras de vigilancia —que deberían garantizar un ambiente seguro— presuntamente no funcionan de manera adecuada, lo que ha permitido agresiones entre alumnos y riñas que recuerdan incidentes recientes ocurridos en la Escuela Náutica de Veracruz.
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Por ello, los estudiantes piden auditorías urgentes, intervención externa y medidas inmediatas que garanticen higiene, seguridad y respeto a los derechos del alumnado. Señalan que, como institución de internado, la Náutica tiene la obligación de proveer condiciones dignas y seguras, algo que hoy consideran quebrantado.
¿Qué señalamientos existen hacia los docentes y la operatividad académica?
Otro tema crítico en la denuncia tiene que ver con la estructura académica. Los jóvenes acusan que varios docentes no imparten clases de forma regular o incluso tienen horarios en otras dependencias, lo que —según ellos— los vuelve “aviadores” que cobran sin cumplir.
Comentan que estas ausencias impactan directamente en la calidad educativa, pues hay materias que se imparten con irregularidad o quedan desatendidas por semanas. También solicitan que se revisen los currículums del personal académico y que se contrate a un pedagogo que supervise los programas de estudio y garantice que se cumplan los estándares de formación marítima.
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En cuanto al servicio médico, los estudiantes aseguran contar con atención parcial y una insuficiencia grave de medicamentos, situación que los deja vulnerables ante emergencias o enfermedades comunes dentro del internado.
¿Qué denuncias apuntan a la subdirectora y por qué piden su renuncia?
Una de las inconformidades más delicadas está dirigida hacia la subdirectora de la institución, a quien acusan de actuar con incongruencia y abuso de autoridad. Según los testimonios, la funcionaria exige disciplina estricta y sanciona faltas menores, mientras presuntamente incumple el propio reglamento institucional.
Los alumnos señalan que su presentación en ceremonias oficiales no corresponde al estándar que impone al estudiantado, especialmente en temas como el uso correcto del uniforme, pulcritud y prohibición de accesorios. Consideran que esta falta de congruencia genera un ambiente de tensión, molestia y pérdida de credibilidad hacia la autoridad académica.
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Por ello, no solo exigen una revisión a su desempeño, sino incluso su renuncia, argumentando que no ha cumplido con las atribuciones de su cargo y que, lejos de contribuir a la formación, ha afectado el ambiente educativo.
