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Vacaciones mortales: crónica del triple asesinato de surfistas australianos en Baja California

Los hermanos Jake (derecha) y Callum Robinson (Izquierda) junto a su mascota. Foto: callum10robinson / Instagram
Por:Rosalva Castro

La desaparición de los hermanos australianos Jake y Callum Robinson, y del estadounidense Jack Carter Rhoad, provocó una movilización internacional pocas veces vista en la frontera norte.

Lo que comenzó como un viaje de amigos para surfear en Baja California terminó convertido en una tragedia que generó protestas, homenajes en distintas playas del país y exigencias de seguridad para surfistas y turistas.

Jake y Callum Robinson, en una imagen familiar. Foto: @augustuspeebly / Instagram

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¿Quiénes eran Jake, Callum y Jack? El viaje que documentaron hasta el último día

Jake y Callum Robinson eran originarios de Australia. Jake, de acuerdo con Sydney Morning Herald, era médico y vivía en su país; solía compartir fotografías de sus viajes y experiencias en el mar.

Callum, residente en Estados Unidos, era jugador del equipo Atlas Roster de Lacrosse y también un surfista experimentado que mostraba en redes su rutina deportiva y su vínculo con la comunidad del surf. Ambos viajaron a Baja California el 26 de abril para reencontrarse y pasar unos días juntos en la costa.

El tercer integrante del grupo era Jack Carter Rhoad, estadounidense, amigo cercano de los hermanos. Su última fotografía, captada por Callum, fue en Playa San Miguel, Ensenada. Esa imagen terminó siendo la última señal pública de vida del grupo.

Últimas imagenes compartidas durante su viaje a Ensenada. Foto: callum10robinson / Instagram

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Las horas previas: publicaciones, rutas y la última vez que sus familias supieron de ellos

El 26 de abril los tres jóvenes viajaron hacia la zona de Santo Tomás, donde acamparían y practicarían surf. Según Radiorama, tenían reservaciones en El Rosarito, pero nunca regresaron al hotel. Cuando la familia trató de contactarlos sin éxito, se encendieron las alertas.

Debra Robinson, madre de Jake y Callum, acudió a redes sociales para pedir ayuda. Su mensaje se volvió viral en Australia y México, impulsando los primeros esfuerzos de búsqueda y poniendo el caso en la mira de autoridades consulares.

Imágenes compartidas por los surfistas durante su recorrido por Ensenada y Rosarito, antes de su desaparición. Foto: @callum10robinson / Instagram

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La desaparición: el teléfono encendido en Maneadero y el operativo internacional

El 29 de abril el GPS de uno de los teléfonos de los jóvenes se activó por unos momentos. Su geolocalización marcó la zona de Maneadero, por lo que la Fiscalía de Baja California desplegó un operativo con apoyo del FBI y autoridades australianas, como confirmó la fiscal María Elena Andrade.

Tres personas, dos hombres y una mujer, fueron detenidas en las primeras 48 horas. Ninguna tenía entonces una relación clara con la desaparición, pero las detenciones marcaron el rumbo de la investigación.

Ángel Jesús “N”, de 31 años hermano de Jesús Gerardo "El Kekas", ambos acusados por el triple homicidio de los surfistas. Foto: Secretaría de Seguridad Ciudadana de Baja California

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El hallazgo del pozo y el reconocimiento de las familias

El 3 de mayo, una semana después de la desaparición, autoridades localizaron un pozo de aproximadamente 15 metros en un área conocida como La Bocana.

En su interior encontraron cuatro cuerpos con heridas de arma de fuego en la cabeza. Según la Fiscalía de Baja California, los tres surfistas fueron asesinados durante un intento de robo.

La reconstrucción oficial señala que los presuntos implicados, identificados como Jesús Gerardo “El Kekas”, su hermano, Ángel Jesús, y Ari Gisel su pareja, pasaron por la zona a bordo de una camioneta y detectaron el vehículo de los turistas, una pick up donde transportaban sus tablas.

Vista aérea de la zona costera donde fueron localizados los cuerpos de los tres surfistas extranjeros. Foto: Guillermo Arias / AFP

Un testigo declaró que, al verlo, Ari Gisel comentó: “Traen buen teléfono y buenas llantas para mi pick up”, lo que llevó al grupo a acercarse con la intención de desmantelar el vehículo y robar sus llantas y pertenencias.

De acuerdo con la investigación, los jóvenes se resistieron, se produjo un enfrentamiento y los agresores dispararon contra ellos. Después trasladaron los cuerpos hasta el pozo, donde también se encontró un cuarto cadáver correspondiente a un ranchero desaparecido semanas antes.

Los padres de los hermanos Robinson reconocieron formalmente los cuerpos en Ensenada, lo que permitió gestionar su repatriación a Estados Unidos.

El pozo se ubicaba en una zona aislada, cercana a acantilados y sin infraestructura cercana. Foto: Guillermo Arias / AFP

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Las protestas y los homenajes: tablas en alto, flores en el mar y reclamos globales

El hallazgo de los cuerpos detonó manifestaciones en México, Estados Unidos y Australia. En Ensenada, surfistas recorrieron la costa con mensajes como “Justicia” y “No más violencia”.

En Tamaulipas, surfistas de Playa Miramar formaron un círculo en el mar y lanzaron flores en honor a las tres víctimas, exigiendo mayor seguridad para quienes practican deportes en las costas del país.

Las imágenes de tablas reunidas frente al mar y flores sobre las olas se replicaron en redes y medios, convirtiendo el homenaje en un símbolo del dolor de la comunidad.

Surfistas alzaron tablas con mensajes de denuncia tras confirmarse el homicidio de los tres jóvenes extranjeros. Foto: Francisco Javier Cruz / Reuters

La frase “Solo querían surfear y los ejecutaron” se volvió un símbolo del reclamo de justicia. Foto: EFE

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El impacto en las familias: duelo y el deseo de “llevarlos a casa”

La confirmación de la muerte de Jake y Callum Robinson y de Jack Carter Rhoad marcó un punto crítico en el caso, especialmente para las familias que viajaron a México para identificarlos.

Debra y Martin Robinson, padres de los hermanos australianos, ofrecieron una conferencia de prensa desde San Diego tras reconocer los cuerpos de sus hijos. Ahí expresaron su dolor y pidieron apoyo para repatriarlos.

“Nuestros corazones están rotos y el mundo se ha convertido en un lugar más oscuro para nosotros”, declaró Debra Robinson en un mensaje transmitido por el canal público ABC. La madre también afirmó que el siguiente paso era llevarlos “a casa con su familia, sus amigos y las olas del océano en Australia”.

Durante su declaración, los padres destacaron los logros académicos y deportivos de Jake y Callum, y agradecieron el acompañamiento del gobierno australiano, en especial de la ministra de Exteriores Penny Wong.

La familia de Jack Carter Rhoad, por su parte, mantuvo comunicación con autoridades estadounidenses para asegurar el proceso de repatriación y acompañar el avance de la investigación. Las tres familias afirmaron que seguirían atentos a las audiencias y al proceso judicial contra los implicados.

Los padres de Jake y Callum Robinson acudieron a Baja California para identificar los cuerpos de sus hijos. Foto: Jorge Duenes / Reuters

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La sentencia: reconstrucción del crimen, detenciones y la primera sentencia del caso

Tras meses de proceso, Ari Gisel, de 23 años, se convirtió en la primera persona sentenciada por el caso. La joven optó por un procedimiento abreviado, una vía legal mediante la cual reconoció su participación como instigadora en el robo que derivó en el homicidio de los tres surfistas extranjeros.

Durante la audiencia, la Fiscalía de Baja California presentó el testimonio de un hombre identificado como Ramón, quien declaró que Ari Gisel expresó: “traen buen teléfono y buenas llantas para mi pick up”, refiriéndose al vehículo de las víctimas. Esta declaración fue importante para acreditar su participación en la planificación del robo.

Al aceptar su responsabilidad, Ari Gisel evitó llegar a juicio y el juez dictó una pena de 20 años de prisión, además de una multa superior a 54 mil pesos. Según la sentencia, la joven fue encontrada culpable de:

Ari Gisel, fue sentenciada a 20 años de prisión por su participación en el caso de los surfistas asesinados en Ensenada. Foto: El País

Durante la audiencia, Ari Gisel pidió perdón a las familias de las víctimas y afirmó que reconocía su participación en los hechos. Su sentencia fue el primer fallo dentro del caso, mientras los tres principales implicados, Jesús Gerardo “El Kekas”, Irineo Francisco “El Yuni” y Ángel Jesús, continúan en prisión preventiva a la espera de un juicio oral que podría iniciar en 2026 y alcanzar penas de hasta 210 años.

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