Foto: Biblioteca Canva
Estas son las leyendas en La Paz que recorrieron los barrios en los años 50 y 60
Entre los años 50 y 60, los barrios de La Paz, Baja California Sur, estuvieron llenos de leyendas que se contaban de boca en boca, como historias de fantasmas, personajes misteriosos, como la de una mujer de rostro oculto que pedía monedas y, según se decía, “pegaba la lepra” a quien se negara.
Estos relatos influían en la vida cotidiana de las familias, que tomaban precauciones y los compartían con las nuevas generaciones, dejando un registro del folclore y las tradiciones locales de esa época.
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¿Qué leyendas circulaban en La Paz durante los años 50 y 60?
En los barrios de la ciudad era común escuchar historias que mezclaban realidad con fantasía, niños y adultos contaban relatos de fantasmas, personajes misteriosos y sucesos extraños que pasaban de generación en generación.
Estas pláticas solían darse al anochecer, ya fuera en las banquetas o dentro de las casas, cuando aún no había televisión ni otros medios modernos y la gente se entretenía contando cuentos.
Entre las leyendas más conocidas estaban La Llorona, la mujer de blanco, el jinete sin cabeza, además de relatos locales sobre apariciones en antiguos panteones y lugares reconocidos de la ciudad.
Las familias acostumbraban cenar temprano y después jugar lotería o convivir al aire libre según la temporada, los cuentos de aparecidos se narraban de forma especial para atrapar la atención de los niños, que muchas veces terminaban asustados y corriendo a refugiarse en casa.
Algunas de estas historias se relacionan con la famosa la leyenda de la violinista de la capital del estado, que aún se cuenta sobre el panteón de San Juanes.
¿Quién era la mujer de rostro oculto y qué contaban sobre ella?
Una de las leyendas más contadas en aquellos años era la de una mujer que, según se decía, aparecía de noche tocando puertas y pidiendo monedas.
La gente aseguraba que tenía el rostro desfigurado y que, si alguien se negaba a darle limosna, ella les “pegaba la lepra”, el miedo crecía porque pocos conocían realmente esa enfermedad y la identidad de la mujer siempre fue un misterio.
Los adultos contaban que al principio solo se le veía la silueta, con la cara cubierta, hasta que alguien dijo haberla visto de cerca y su rostro estaba carcomido, dejando los huesos a la vista.
Este relato era muy popular en barrios como El Manglito y El Esterito y aunque los niños no entendían del todo qué era la lepra, la historia servía como advertencia y como un cuento de misterio que se repetía noche tras noche.
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¿Cómo interactuaban las familias con esta leyenda en su vida cotidiana?
La leyenda de la mujer de rostro oculto también influía en la vida diaria de las familias, muchas personas acostumbraban dejar una moneda sobre algún mueble, como la máquina de coser, para evitar que ella se apareciera.
Este hábito se hizo común en varias casas de La Paz, sobre todo donde había niños pequeños, así, los cuentos no solo servían para asustar o entretener, sino que también cambiaban la manera en que la gente organizaba sus noches.
Las reuniones entre vecinos, las historias de miedo y la costumbre de dejar monedas muestran cómo estas leyendas formaban parte de la vida cotidiana en los años 50 y 60. Incluso se contaba otra historia parecida, sobre una mujer sin rostro que pedía limosna en la ciudad.
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