Tandas de cirugías estéticas en CDMX: la modalidad de ahorro que puede terminar en tragedia
En la Ciudad de México, las tandas también se utilizan para costear cirugías plásticas. Este mecanismo de ahorro, organizado sobre todo a través de redes sociales, está creciendo en popularidad entre mujeres jóvenes que buscan cambios estéticos.
Sin embargo, detrás de la aparente facilidad, cirujanos certificados señalan un entramado de riesgos: clínicas clandestinas y médicos sin certificación.
En México se llevan a cabo cerca de 932 mil 539 cirugías plásticas y estéticas cada año, así lo reveló la última encuesta de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética. El país ocupa el segundo lugar con mayor número de pacientes extranjeros en cirugía estética, solo detrás de Colombia.
¿Cómo funcionan las tandas de cirugías estéticas en CDMX?
La “tandera” Karly, una joven de Iztacalco que hace tandas de todo tipo, incluidas las cirugías plásticas, explica que el formato de su negocio ya se maneja como caja de ahorro.
Antes juntábamos a diez chicas y se dividía el pago en diez semanas. Ahora lo que hago es que firmamos contrato ambas partes, damos papeles… al cumplir un 80% del pago, dependiendo del procedimiento, es cuando se realiza.
Karly - Joven organizadora de tandas
Karly explica que trabaja con tres médicos distintos, con precios que varían desde los 45 mil hasta los 65 mil pesos por una lipotransferencia.
Cada doctor tiene su estilo. Unos dejan cuerpos más naturales, otros más exagerados.
Karly - Joven organizadora de tandas
La demanda de cirugías, asegura, cambia por temporadas: “En diciembre todas quieren operarse, hacerse los labios, la nariz, taparse las ojeritas”.
Las tandas de cirugías: un método criticado
El atractivo principal de esto es la forma de ahorro.
Cuando lo haces así te comprometes, porque si lo juntas sola, al final lo gastas en otra cosa. Aquí es diferente. Si no, pues quedas mal.
Karly - Joven organizadora de tandas
Sin embargo, este sistema también tiene un lado oscuro. Ella misma reconoce que hay estafas que se reportan en redes sociales, tanto clientes como organizadoras. Para la Dra. Liliana Aguirre, cirujana plástica certificada, los problemas van más allá del dinero.
Pues mira, en sí, la forma en que la paciente ahorra para pagar su cirugía, creo que no es el problema, pero sinceramente yo creo que ningún colega especialista certificado aceptaría entrar en la tanda.
Dra. Liliana Aguirre - Cirujana plástica certificada
La cirujana describe rigurosamente el recorrido que deben tener las personas cirujanas plásticas certificadas: formación médica, residencia en cirugía general, subespecialidad en cirugía plástica, exámenes y recertificación continua cada cinco años. Todo ello se puede verificar en el portal del Consejo Mexicano de Cirugía Plástica (https://cmcper.org/) con el nombre del profesionista.
Alrededor de 20 mil cirujanos plásticos sin certificado o “patitos” operan en México, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva. Entre 2020 y 2023, las quejas en CDMX relacionadas con procedimientos estéticos aumentaron de 18 a 49 casos, de estas, el 57.7% fueron presentadas en la capital (Conamed).
El problema para Aguirre es que los cirujanos sin certificación están dispuestos a operar bajo condiciones de riesgo: hospitales improvisados, muchas operaciones al día, sin consultas de seguimiento e instrumentos no esterilizados de forma correcta.
¿Seguridad contra accesibilidad en cirugías estéticas?
Para Karly, la crítica sobre la falta de certificación es relativa porque asegura que todo procedimiento estético conlleva un riesgo, y que además es mucho más costoso.
¿Quieres un médico certificado? Los hay porque de que te los consigo, te lo consigo, pero, pues ahí no te va a costar una lipo 45 mil. Ahí te va a costar 145 mil y es ahí cuando ya no quieren.
Karly - Joven organizadora de tandas
Además, cuenta que los doctores que ella maneja, aunque no estén certificados, tienen mucha experiencia porque operan hasta diez chicas al día.
Frente a esto, la cirujana Liliana lo ve distinto: “Son extremadamente cansadas, desgastantes y algunas largas… No me imagino como una persona puede operar a diez pacientes, evidentemente o las operan mal o las maquilan”, señala la doctora que da consultas en el Pedregal.
Respecto al precio nos dice que es imposible que una lipotransferencia cueste tan barato, pues la renta de un hospital mínimo cuesta 40 mil pesos, lo que le hace suponer que estos médicos sin certificado y con maestrías por internet realizan los procedimientos en hospitales clandestinos e improvisados.
De julio de 2019 a agosto de 2024, la Secretaría de Salud de la Ciudad de México (SEDESA), a través de la Agencia de Protección Sanitaria (AGEPSA), suspendió 58 establecimientos que ofrecían mejoras estéticas, faciales y corporales en la capital.
Mientras la cirujana defiende la importancia de darle seguimiento a las pacientes con consultas postoperatorias y responder frente a cualquier complicación que se presente, Karly, quien también se ha sometido a operaciones estéticas con doctores no certificados asegura que las complicaciones suelen ser por descuidos de las pacientes (salir a fumar, beber, no usar fajas).
¿Por qué tantas mujeres recurren a las tandas estéticas?
Karly lo explica así: “Pues qué más quisiera que me tratarán como princesa, pero, pues es mucho más caro y ya cuando tienes el objetivo de que te operen, no te importa nada, te encomiendas a dios y pues ya”.
Para Liliana Aguirre, el deseo de alcanzar un ideal estético choca con los riesgos como infecciones, malos resultados y en el peor de los casos la muerte.
Mi consejo es que acudan a una consulta de valoración. Si no se pueden operar en ese momento. A ver, no va a pasar nada. O sea, créanme que los especialistas no nos vamos a ir a ningún lado.
Dra. Liliana Aguirre - Cirujana plástica certificada
Las tandas surgen en un contexto de presión estética hacia las mujeres. En diciembre de 2024, una mujer falleció tras una lipoabdominoplastía en la clínica Altavista Plastic Surgery, que cuenta con denuncias por malas prácticas, en Álvaro Obregón.
Mientras organizadoras defienden la accesibilidad y el compromiso que representan, los especialistas insisten en que, sin regulación ni seguridad, este ahorro colectivo es una apuesta peligrosa.