Depresión infantil navideña: señales, causas y cómo atenderla en Coahuila
El Centro de Atención Integral de las Familias (CAIF) de Acuña reporta un incremento de casos de depresión infantil durante diciembre, un fenómeno que, según sus especialistas, afecta incluso a menores desde los seis años.
El coordinador del organismo, Jairo Sánchez García, señala que la idea de que la salud emocional solamente afecta a los adultos, ha quedado totalmente en el pasado, ya que cada vez más niños manifiestan conductas depresivas asociadas a dinámicas familiares complejas y a la carga emocional que trae la temporada navideña.
Sánchez explica que, aunque la Navidad suele asociarse con unión familiar, para muchos niños significa separación, ausencia o conflictos que resurgen en estas fechas, lo cual detona tristeza persistente, irritabilidad y, en casos graves, ideación suicida desde edades tempranas.
¿Cuáles son los factores que detonan la depresión infantil durante la temporada?
El coordinador del CAIF detalla que los menores entre seis y doce años suelen reflejar tensiones del entorno familiar, especialmente cuando existen discusiones frecuentes, separaciones o falta de acompañamiento emocional.
Estos conflictos, afirma, “se arrastran hasta la adolescencia”, donde los jóvenes llegan con emociones más frágiles y patrones de conducta alterados.
Además, diciembre intensifica sentimientos de pérdida o soledad en hogares fracturados. La ausencia de uno de los padres, mudanzas constantes o la búsqueda de mejores oportunidades laborales en frontera también contribuyen a que los niños experimenten un estado emocional vulnerable.
En otros rangos de edad, especialmente entre jóvenes de 22 a 28 años, se observan casos asociados a consumo de alcohol o drogas, muchas veces ligado a historias familiares difíciles desde la infancia.
Para adultos de 33 a 44 años, el CAIF ve problemas acumulados por años, que se desbordan emocionalmente durante las fiestas.
¿Cómo identificar si se trata de depresión y no sólo tristeza navideña?
Los especialistas subrayan que distinguir entre nostalgia estacional y depresión es fundamental para actuar a tiempo. Entre las señales de alerta destacan:
- Cambios marcados en el estado de ánimo
- Alteraciones en sueño o apetito
- Aislamiento social
- Irritabilidad persistente
- Pérdida de interés en actividades cotidianas
- Comentarios relacionados con la muerte o el deseo de desaparecer
Cuando estos síntomas se prolongan por días o interfieren con la rutina del menor, es indispensable solicitar atención profesional.
¿Qué pueden hacer las familias para acompañar a los niños en diciembre?
El CAIF recomienda una combinación de apoyo emocional en casa y, cuando sea necesario, intervención psicológica. Entre las estrategias familiares destacan:
- Validar emociones: permitir que los niños expresen tristeza, miedo o enojo sin minimizar sus sentimientos.
- Mantener rutinas: horarios regulares de sueño y alimentación ayudan a estabilizar el estado emocional.
- Evitar expectativas irreales: la Navidad no tiene que ser perfecta; lo importante es la conexión, no las apariencias.
- Realizar actividades significativas: caminar a ver luces, ver películas en familia, juegos sencillos o lecturas compartidas.
- Fomentar la comunicación: priorizar la convivencia sobre los regalos materiales.
- Practicar autocuidado: enseñar a los niños y adultos a poner límites ante compromisos que los sobrecarguen.
En casos de depresión confirmada, profesionales recomiendan terapia cognitivo-conductual, y en algunos casos, medicación supervisada por especialistas. La intervención oportuna, señalan, puede evitar que los síntomas se agraven y acompañar al menor hacia una mayor resiliencia.
