Este municipio de Coahuila no sufre de tráfico caótico
Mientras que en ciudades como Saltillo y Ramos Arizpe la congestión vehicular y el caos vial son una queja recurrente entre los habitantes, existen municipios en Coahuila donde el tráfico fluye sin complicaciones, gracias a sistemas viales simples.
En la Comarca Lagunera, los municipios de San Pedro y Francisco I. Madero se han convertido en ejemplos curiosos de movilidad urbana sin semáforos, donde el tránsito se regula mediante el sistema del “uno a uno”, apelando a la cortesía y responsabilidad de los conductores y al poco flujo vehicular comparado con las áreas metropolitanas.
¿Por qué Saltillo y Ramos Arizpe padecen tráfico intenso?
La capital del estado, Saltillo, enfrenta un crecimiento vehicular acelerado: su parque automotriz ha aumentado un 20% en los últimos cinco años, superando los 400 mil vehículos.
Este incremento ha colocado al tráfico como uno de los principales problemas urbanos, reconocido por más de la mitad de sus ciudadanos.
Ramos Arizpe tampoco se queda atrás, ya que, aunque más pequeño, presenta la mayor tasa de autos por persona en Coahuila, con 2.3 habitantes por vehículo, lo que evidencia un nivel preocupante de saturación en sus calles.
¿Qué municipios tienen tráfico más fluido en Coahuila?
Los municipios con mejor flujo vehicular comparten características clave:
- San Pedro y Francisco I. Madero manejan un tránsito basado en la cortesía, sin necesidad de semáforos, particularmente en sus zonas comerciales.
- Su baja densidad de habitantes y vehículos permite un tránsito ágil y sin congestión.
- Por otro lado, municipios rurales aún más pequeños mantienen un flujo vehicular mínimo debido a su escasa población.
Estos ejemplos muestran que, en Coahuila, la congestión no es regla general, sino un problema focalizado en áreas urbanas de alta densidad.
¿Cómo afecta el tráfico a la salud?
El ruido y el estrés derivados del tráfico no solo deterioran la calidad de vida, sino también impactan directamente en la salud:
- Trastornos del sueño, ansiedad y problemas de conducta, especialmente en niños.
- Aumento de enfermedades cardiovasculares por la exposición constante al ruido y al estrés.
- Alteraciones respiratorias, digestivas y neurológicas asociadas a la contaminación y al sedentarismo provocado por largas horas en el tráfico.
La movilidad urbana, por tanto, no solo afecta al tiempo de traslado, sino que se convierte en un factor de riesgo para la salud pública.