Día del Bombero: la historia de José Luis Cepeda, un héroe de Toluca con más de 30 años de servicio
En el Día Nacional del Bombero, que se conmemora cada 22 de agosto, la historia de José Luis Cepeda Ruiz, primer oficial de la Estación Central de Bomberos Toluca, muestra cómo esta profesión se construye con disciplina, memoria y compromiso.
“Ser bombero es algo que nace del gusto por ayudar y apoyar a la gente, es una satisfacción enorme porque, al final, lo que recibimos son bendiciones y agradecimientos de las personas a quienes auxiliamos”, relató Cepeda Ruiz.
Su historia está marcada por la tradición familiar; su padre, su hermano, un tío y varios primos fueron también bomberos, desde niño, asegura, tenía claro su camino.
“Recuerdo que, cuando tenía entre ocho y diez años, ya venía a la estación central. Veía a los bomberos de antaño y le decía a mi mamá: ‘Algún día voy a estar ahí con los muchachos’. Siempre crecí con esa idea, hasta que se me cumplió el sueño de formar parte del cuerpo de bomberos”.
¿Qué experiencias han marcado su trayectoria?
Los recuerdos de servicio de Cepeda Ruiz abarcan incendios de gran magnitud en municipios como Metepec, Tianguistenco y Lerma, además de accidentes automovilísticos, sin embargo, reconoce que algunos momentos dejan huella profunda.
Una de esas experiencias ocurrió durante la búsqueda de una persona ahogada.
“Estuvimos una semana buscando. Yo tenía la corazonada de que el último día lo íbamos a encontrar, les dije a los familiares ‘Hoy traemos a su familiar’, en la tarde-noche, finalmente hallamos el cuerpo y lo entregamos a las autoridades, los familiares nos dijeron: ‘Usted dijo que hoy lo encontrarían, y así fue’".
Para Cepeda Ruiz, cumplir esa misión significó confirmar la confianza de la comunidad en su labor.
¿Cómo se forman y preparan los bomberos en Toluca?
Ingresar al cuerpo de bomberos implica un proceso de alta y formación que combina aprendizaje práctico con capacitación en distintos municipios del país.
Cepeda Ruiz ha asistido a cursos en Tecámac, Celaya y otras localidades, hoy, con la experiencia acumulada, asume el papel de instructor para las nuevas generaciones.
Cada servicio, dice, se vive con incertidumbre, pues muchas veces se trata de asuntos de alto riesgo.
“Desde que suena la chicharra y nos equipamos, la adrenalina sube porque no sabemos qué nos espera: puede ser un incendio fuera de control, una persona sin vida, un accidente. Es ahí cuando uno se pregunta: ‘¿Le entro o no le entro?’ Y sí, entramos, porque lo bonito de esta labor es que nos gusta lo que hacemos: ayudar a la gente”.
¿Cómo es el día a día en la Estación Central de Bomberos Toluca?
La rutina en la estación incluye horarios y guardias, a las 20:45 horas comienza la pernocta, pero cualquier llamada interrumpe el descanso, el edificio de dos plantas está diseñado para responder de inmediato: los elementos bajan por tubos y en segundos están listos para salir.
El equipo de protección personal incluye casco, monja, chaquetón, pantaloneras, botas y guantes. Todo suma entre 12 y 15 kilos, a los que se añaden otros 8 a 10 kilos del tanque de aire.
Pese a las exigencias físicas, aún hay personas interesadas en sumarse. Cepeda Ruiz señala que existe participación de voluntarios que colaboran en servicios y actividades de apoyo, lo que mantiene viva la vocación entre nuevas generaciones.
¿Qué mensaje deja un bombero con más de tres décadas de servicio?
Al recordar a compañeros y veteranos, Cepeda Ruiz retoma una frase que escuchó en sus primeros años.
“Si no te gusta ayudar, si no te gusta auxiliar a las personas, estás en el lugar equivocado”.
Con esa idea resume su trayectoria y agradece a quienes comparten guardias y servicios en la Estación Central de Toluca; para él, la satisfacción principal radica en servir.