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Alejandro Sanz: Así fue su sold out en Puebla

Con el pie derecho comenzó su gira en México el español que hizo popular el tema Amiga mía. Foto: Ocesa
Por:Otto Rojas

La noche de este jueves 4 de septiembre, el Auditorio GNP Seguros en Puebla se transformó en un templo de emociones. No hubo fanático que permaneciera sentado cuando Alejandro Sanz pulsó los primeros acordes de “Desde cuándo”, tema con el que abrió una velada que pronto se convirtió en un viaje íntimo, intenso y festivo.

Era la segunda fecha consecutiva en la ciudad y, aun así, el público lo recibió como si fuera la primera vez.

Desde el inicio, Sanz dejó claro que el escenario era suyo y también de quienes lo acompañaban en cada coro. El recinto se volvió un eco de memorias compartidas: personas que crecieron con sus letras, que hoy rozan la mediana edad, coreaban cada verso con la devoción de toda una vida.


No fueron las pantallas de los celulares las que dominaron la noche, sino los brazos en alto, los corazones latiendo al compás de la guitarra y la complicidad de un artista que no escatimó sonrisas, gestos y guiños.

El momento de fraternidad se encendió cuando recibió una bandera mexicana durante la interpretación de “Por bandera”. La ondeó con orgullo, como si se tratara de un estandarte compartido entre artista y audiencia, arrancando aplausos que parecían no tener fin.

En contraste, la nostalgia se adueñó del ambiente con “A la primera persona”. Sentado en un sillón, Sanz perdió un zapato en plena interpretación, detalle que provocó risas y ternura, aunque él no se inmutó: esperó hasta el final del tema para calzarlo de nuevo.

Fue un instante que reflejó su estilo: cercano, humano, sin artificios.

“Espero que lo disfruten, queremos hacer un concierto de música, no de chingaderas”, lanzó entre bromas y sinceridad, antes de conmover con “Mi soledad y yo”. Su voz sonaba tenue, contenida, pero el público tomó el mando: miles de gargantas se unieron, logrando que la canción se transformara en un coro monumental.

Más allá de los clásicos

El guitarrista también brilló con un solo que levantó de sus asientos a los más de ocho mil asistentes que llenaron el auditorio, en el segundo sold out consecutivo del ¿Y ahora qué? Tour.

Hubo, sin embargo, un pequeño sinsabor: cuando sonó “Try to save your song”, no fue Sanz quien se encargó del rap, lo que dejó a algunos con ganas de más.

Pero la energía regresó con fuerza cuando interpretó “Hoy me siento bien”, su más reciente lanzamiento de 2025. La respuesta del público fue inmediata: se cantó con tanto ímpetu que quedó claro que Sanz no depende únicamente de sus clásicos, sino que sabe reinventarse y conectar con nuevas emociones.

“Es un privilegio y un honor empezar esta gira en Puebla. La última la terminamos aquí y ahora la comenzamos. ¿Casualidad? No lo creo. Que Dios me los bendiga, los quiero”, expresó con gratitud.

El cierre fue una caricia y un estallido. Primero, un par de acústicos con “Y si fuera ella” y “Lo ves”. Después, cuando parecía que el concierto llegaba a su fin, rompió la expectativa con una versión vibrante de “Corazón partío”, himno que hizo temblar al auditorio entero y con el que prometió volver pronto.

Alejandro Sanz no solo ofreció un recital; regaló una experiencia colectiva en la que Puebla fue testigo de que la música, cuando se entrega con honestidad, se convierte en un abrazo que no caduca.

Un canto al amor

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