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El Hijo del Santo anuncia su última lucha con la máscara intacta: ¿Cuándo y dónde?

La leyenda viviente, El Hijo del Santo anunció oficialmente su gira de despedida, “El Final”, un recorrido que culminará con una función monumental. Foto: Otto Rojas
Por:Otto Rojas

“El combate más difícil de mi vida es decir adiós a lo que más amo”, declaró El Hijo del Santo con voz firme, pero con la emoción contenida detrás de la emblemática máscara plateada que ha resguardado su identidad durante más de 43 años.

La leyenda viviente anunció oficialmente su gira de despedida, “El Final”, un recorrido que culminará con una función monumental el 13 de diciembre en el Palacio de los Deportes, precedida por presentaciones en Monterrey (29 de noviembre, Domo Care) y Guadalajara (6 de diciembre, Plaza de Toros Nuevo Progreso).

“No me retiro porque haya perdido la pasión, me retiro porque quiero cerrar mi historia con dignidad, con el corazón en alto y con la máscara intacta”, afirmó el luchador en conferencia de prensa, consciente de que su partida marca el fin de una era en la lucha libre mexicana.


"El Hijo del Santo": Un legado forjado con sangre, disciplina y amor

Nadie se mantiene más de cuatro décadas en pie sin amar profundamente lo que hace. El Hijo del Santo lo sabe. Desde su debut en los años ochenta, asumió la responsabilidad de continuar el legado de su padre, El Santo, el Enmascarado de Plata, símbolo eterno del heroísmo popular mexicano.

“He sangrado, he llorado y también he reído detrás de esta máscara. Todo por defender un símbolo que representa la esperanza de muchos”, confesó.

Su carrera lo llevó a los escenarios más importantes del país: la Arena México, el Toreo de Cuatro Caminos, el Auditorio Nacional,  y a conquistar públicos en Estados Unidos, Europa, Sudamérica y Japón.

El público lo vio medirse con los más grandes, ganando máscaras de rivales como El Espanto Jr., Pentagon Black, Ángel Blanco Jr. y Kato Kung Lee. También cortó cabelleras memorables —entre ellas las de Negro Casas, El Dandy, Eddy Guerrero y Mano Negra—, consolidándose como uno de los técnicos más finos del pancracio .

“Mi padre me enseñó a ser un héroe, mis hijos me enseñaron a ser humano”

Durante su mensaje, El Hijo del Santo habló de su linaje con el mismo respeto con que ha defendido su máscara.

“Mi padre me enseñó que ser el Santo no era usar una máscara, era aportar valores”, dijo emocionado. “A mi hijo Santo Jr. le dejo más que un nombre: le dejo una historia que él deberá continuar escribiendo con su propio corazón”.

El luchador también dedicó palabras a su hija, quien desde la trinchera empresarial ha preservado la marca familiar:

“A mi hija le dejo la fuerza y la inteligencia con la que ha sabido transformar esta herencia en una empresa viva. El legado continúa en sus manos”.

El Hijo del Santo - Luchador

Con esta despedida, el Santo confirma que su historia no termina, sino que se multiplica. La máscara plateada seguirá brillando, ahora en la siguiente generación.

Más allá del ring: el Santo, el hombre

Detrás del mito existe un hombre disciplinado, sensible y profundamente humano. Fiel a su estilo reservado, el luchador aclaró que no revelará su rostro:

“No está en mis planes mostrar mi cara. Me voy con la máscara intacta. No haré lo que hizo mi padre; él quiso darle justicia al hombre detrás del mito, pero yo creo que no es necesario”.

Su despedida no significa retiro absoluto de la vida pública: El Hijo del Santo planea explorar nuevos caminos en el cine y las plataformas digitales, honrando la tradición cinematográfica que su padre inmortalizó.

“Debuté en el cine antes que en la lucha libre, y me encantaría continuar con ese género que tanto nos dio a los mexicanos”, confesó.

¿Cuándo y dónde será la gira de despedida del Hijo del Santo?

El Santo que baila, ama y sigue soñando

En un tono más íntimo, el gladiador habló de su vida cotidiana, de su amor por la música y su familia:

“Soy bien bailarón, bailo con mi esposa cuatro o cinco veces a la semana. Me gusta Serrat, Sabina, la música en español. Todo depende del humor, como la lucha misma”.

Y agregó una reflexión que resonó en todo el auditorio: “Mi padre me enseñó que antes que nadie está tu familia. Yo fui generoso con todos, pero aprendí que muchos quieren la cosecha, no la siembra”.

El adiós con la frente en alto

Más allá de los trofeos, los viajes y las ovaciones, El Hijo del Santo deja una huella de honor, ética y pasión. No se despide del público; se despide del cuadrilátero, el escenario que lo vio crecer y donde escribió una de las páginas más luminosas de la cultura popular mexicana.

“Los héroes pueden morir, las leyendas son eternas”, reza su comunicado. Y con esa frase, la máscara plateada vuelve a brillar: no como un adiós, sino como un hasta siempre.

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