Juan Gabriel y Netflix dominan la conversación: “que tu abuelita y hasta la que te pinta las uñas lo comenten… eso es éxito rotundo”
Cuando Netflix encendió la mecha del documental “Juan Gabriel: Debo, puedo y quiero”, nadie anticipó el impacto: cuatro episodios, cuatro millones de vistas en menos de 30 días, ingreso al top 10 global y la proyección del concierto de Bellas Artes en el Zócalo, donde 170.000 personas cantaron “Amor eterno” hasta quedarse sin voz.
Bernardo Loyola, el mexicano que dirige los documentales de Netflix en Latinoamérica, resume el fenómeno:
“Que en el chat familiar hablen de Juan Gabriel, que la señora que te hace las uñas te diga ‘ay, mija, lloré toda la noche’, eso es exactamente lo que buscamos. No son números, son momentos culturales”.
¿Por qué Juan Gabriel volvió a romper Netflix?
Seis años después, la directora María José Cuevas recibió un disco duro con material inédito: películas en Super 8 de Alberto Aguilera en su infancia, grabaciones caseras y un video de Juanga cantando “Debo hacerlo” en un avión, vestido con un mameluco de borreguito. Eran piezas guardadas por la familia bajo estricta reserva.
- “Al principio era un largometraje, pero cuando vimos la cantidad de oro que había, dijimos: esto merece serie”, relata. El resultado: cuatro capítulos no autorizados que, paradójicamente, se sienten más íntimos que cualquier biopic oficial.
El desempeño superó expectativas:
- Entró al top 10 global en sus primeras dos semanas.
- El 80 % de la audiencia provino del extranjero, con especial presencia en España, Argentina, Colombia y Japón.
- La proyección en el Zócalo, el 26 de octubre, fue tan multitudinaria que el Gobierno de la Ciudad de México agradeció públicamente: “Gracias, Juanga, por volver a llenar esta plaza”.
¿La vulnerabilidad es el secreto del éxito?
Para Loyola, la clave es simple:
- “Podemos tener a Karol G con 70 millones de followers, pero si no se abre y se pone vulnerable… no pasa nada. Juan Gabriel se abrió en vida y sigue abriéndose en muerte. Eso no se fabrica”.
- "El 80 % de la audiencia fue internacional. Las historias humanas viajan solas”.
¿Cómo logró Netflix revivir al mito una vez más?
- “Juan Gabriel nos enseñó que no hay que pedir permiso para ser quien eres. Nosotros solo pusimos la pantalla para que siga cantando”, señala Loyola.
Mientras Iván Aguilera mantiene disputas legales por los derechos del catálogo, Netflix logró lo impensable: que en 2025, nueve años después de su muerte, millones vuelvan a cantar juntos:
- “¡Pero qué necesidad… de que te quiera tanto, carajo!”
Gracias, Juanga. Gracias, Netflix.
Y gracias a la abuelita que ya puso el documental en la tele de la sala una vez más.