Ola de calor en Europa registra temperaturas extremas e incendios forestales
Europa atraviesa una de las olas de calor más intensas de los últimos años. Desde finales de junio, varios países del sur del continente registran temperaturas superiores a los 45 °C, lo que ha llevado a declarar alertas sanitarias, ambientales y de incendios forestales. Las regiones más afectadas incluyen España, Portugal, Francia, Italia, Grecia y Turquía.
Según el sistema satelital Copernicus Sentinel-3, los cielos despejados y la falta de nubosidad evidencian un sistema de alta presión que atrapa aire caliente y agrava el fenómeno. En algunas zonas del sur de Europa, como Andalucía, se han superado los 46 °C, y en Portugal se alcanzaron los 46,6 °C, estableciendo récord histórico para el mes de junio.
¿Qué consecuencias está dejando esta ola de calor?
Las consecuencias son múltiples. Al menos ocho personas han muerto en lo que va de semana debido a enfermedades relacionadas con el calor. En Francia, dos personas fallecieron y más de 300 han sido atendidas por los servicios de emergencia. En España, los incendios forestales en Cataluña y otras regiones han obligado a evacuar comunidades enteras y ya han arrasado más de 6 500 hectáreas.
En ciudades como París, Roma, Madrid y Londres, las autoridades han activado planes de emergencia, han cerrado escuelas, restringido trabajos al aire libre y habilitado centros de hidratación. Además, se han reportado apagones y afectaciones a la infraestructura debido al alto consumo eléctrico.
¿Por qué esta ola de calor es más preocupante que en otros años?
Los expertos en meteorología y cambio climático advierten que este fenómeno no es un evento aislado, sino parte de un patrón climático cada vez más frecuente. Las temperaturas actuales superan hasta en 15 grados el promedio histórico para estas fechas. El Mediterráneo occidental también presenta anomalías en la temperatura del mar, con registros superiores a los 31 °C cerca de Mallorca, lo que agrava la formación de olas de calor marinas y afecta al ecosistema.
Organizaciones ambientales y científicos aseguran que estos fenómenos están directamente vinculados con el calentamiento global, producto de las emisiones de gases de efecto invernadero. En palabras de activistas climáticos: “Esto no es un desastre natural, es consecuencia directa de décadas de inacción y negacionismo”.
¿Qué está haciendo Europa ante esta crisis?
Los gobiernos están reaccionando con medidas urgentes. En Italia se ha prohibido trabajar al aire libre durante las horas de mayor radiación solar. Francia ha cerrado temporalmente atracciones turísticas como la cima de la Torre Eiffel y ha activado alertas rojas en más de 15 departamentos. En Grecia, se han reportado 45 incendios forestales en solo 24 horas, y en Turquía se evacuaron múltiples comunidades.
Además, las instituciones europeas están acelerando debates sobre adaptación climática, entre ellos propuestas para regular el uso de aire acondicionado en edificios públicos, subsidios por calor para trabajadores expuestos y ampliación de zonas verdes en ciudades. Sin embargo, las medidas son consideradas insuficientes por muchos sectores, que insisten en que la crisis climática ya está aquí, afectando de forma desproporcionada a las clases trabajadoras, personas mayores y comunidades vulnerables.