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¿Qué significa un 'cierre de gobierno' en Estados Unidos?
Por:Italia González
El pasado martes, Estados Unidos entró nuevamente en un cierre de gobierno, el primero desde 2019.
La razón es por la falta de acuerdo en el Congreso entre republicanos y demócratas, esta vez por los subsidios de Obamacare.
El estancamiento político dejó al aparato estatal sin financiamiento aprobado, lo que obliga a suspender gran parte de sus operaciones hasta que ambas partes logren un pacto presupuestario.
¿Qué es un cierre de gobierno?
Un cierre ocurre cuando el Congreso no aprueba las leyes de gasto necesarias para mantener en operación a las agencias federales.
A diferencia de otros países, donde un retraso presupuestario no detiene al Estado, en EUA la normativa impide que se gaste dinero sin autorización legislativa.
Así, miles de empleados son enviados a casa sin paga o deben seguir trabajando sin salario hasta que se apruebe un nuevo paquete de financiamiento.
¿Qué agencias y servicios se ven afectados?
Cada dependencia federal debe contar con planes de contingencia que definen qué servicios se mantienen y cuáles se suspenden.
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Se consideran esenciales la defensa, la seguridad nacional y la respuesta a emergencias.
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En cierres pasados, la Administración del Seguro Social continuó con pagos de beneficios, pero suspendió parte de sus trámites administrativos.
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En contraste, parques nacionales y museos cerraron, se detuvieron inspecciones de alimentos, se cancelaron audiencias migratorias y se retrasaron préstamos federales para pequeñas empresas y compradores de vivienda.
Incluso servicios que deben seguir funcionando, como el control aéreo, se resienten: durante el cierre de 2018-2019, varios controladores dejaron de presentarse a trabajar, provocando retrasos en aeropuertos.
¿Cuánto tiempo puede durar?
Desde la adopción del sistema presupuestario moderno en 1976, se han registrado 20 interrupciones de financiamiento, pero solo cuatro cierres prolongados.
Los más relevantes fueron:
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1995-1996: 26 días en total, por un pulso entre Bill Clinton y el Congreso republicano.
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2013: 16 días, debido al choque sobre la financiación de Obamacare.
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2018-2019: 35 días, el cierre más largo, motivado por la disputa sobre fondos para el muro fronterizo.
El actual cierre es ya el primero en seis años, y podría prolongarse según la rigidez de las posturas en el Capitolio.
El diseño institucional estadounidense obliga a que cada presupuesto o resolución temporal tenga una fecha de caducidad.
Esto fuerza a republicanos y demócratas a renegociar constantemente. Aunque los temas de disputa varían (defensa, subsidios de salud, programas sociales o infraestructura), la dinámica es la misma: sin acuerdo, el gobierno se queda sin recursos y entra en parálisis parcial.
