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"La Barredora": corrupción y muerte ligada al poder político

Hernán Bermúdez Requena tras ser capturado en Paraguay Foto: X(Twitter) @SantiPenap/Canva
Por:Carlos Rocha

El pasado 12 de septiembre de 2025, en una lujosa residencia de Paraguay, terminó la fuga de siete meses de Hernán Bermúdez Requena, alias "El Abuelo" o "Comandante H".

Su búsqueda, que comenzó en febrero pasado, fue coordinada entre una docena de agencias de inteligencia mexicanas, brasileñas y paraguayas.

No solo fue un golpe contra un presunto capo criminal, sino el episodio más reciente y revelador de una trama de corrupción, violencia y poder que se gestó por años donde las autoridades menos lo imaginaron: en el Sureste mexicano.

Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad Pública de Tabasco designado por el entonces gobernador Adán Augusto López Hernández, hoy líder del Senado por Morena, es señalado como el presunto líder de "La Barredora", un grupo criminal que surgió desde las propias estructuras del poder político y policial.

Mismo que mantenía una alianza estratégica con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), una de las organizaciones narcotraficantes más peligrosas no sólo de México, sino también de todo el mundo.

“El Abuelo” está señalado por asociación delictuosa, extorsión y secuestro, y por esas causas el Gobierno de México está requiriendo su extradición, a la que Bermúdez Requena ya rechazó, pero las autoridades paraguayas están calculando en unos 60 días para la repatriación del señalado líder criminal.

Pero antes de que regrese a nuestro país y sea juzgado, vale la pena recordar cuál fue el origen y legado de “La Barredora”, los estados de la República donde opera y cómo llegó a convertirse en una organización tan poderosa como el propio CJNG.

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El origen de "La Barredora"

Para entender lo que algunos analistas consideran como el fenómeno de "La Barredora", es necesario remontarse al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

De acuerdo con reportes de la entonces Procuraduría General de la República, como de la agencia Proceso e InsideCrime, el CJNG nació como un brazo armado del Cártel de Sinaloa bajo el nombre de "Los Mata Zetas".

Fundado oficialmente en 2009 -aunque operativo desde 2007-, con un discurso aparentemente justiciero dirigido a eliminar a miembros de Los Zetas, a quienes acusaban de terroristas y victimizar civiles, estuvieron bajo el mando de Nemesio Oseguera Cervantes, "El Mencho".

Para 2013, señala Inside Crime, el CJNG se independizó y se transformó en una mega organización criminal transnacional, con presencia en múltiples continentes y designada como "organización terrorista" por el Departamento de Estado de Estados Unidos.

En 2015 ya operaba en nueve estados de la República: Nayarit, Jalisco, Colima, Michoacán, Guerrero, Veracruz, Guanajuato, Ciudad de México. Y dos años después ya se encontraba totalmente en Tabasco.

El CJNG se caracteriza por su violencia extrema, ya que en múltiples ocasiones ha sido comparada con la de grupos yihadistas como Al Qaeda o Estado Islámico, por su sofisticación propagandística, como el uso de redes sociales para difundir mensajes de terror, y su capacidad de fabricar sus propias armas.

Entre ellos, los vehículos “Monster”, o el uso de drones.

Pero, sobre todo, el CJNG destaca por su estrategia de expansión que no se basa únicamente en la confrontación violenta, sino en la cooptación de actores locales: fuerzas policiales, funcionarios públicos y grupos delictivos locales.

Esta estrategia le permitió tejer una red de células semiautónomas en todo México, que operan bajo su marca, pero sin perder los liderazgos locales. "La Barredora" es, en esencia, el resultado de esta estrategia en el estado de Tabasco.

De la "hermandad policiaca" al crimen organizado

"La Barredora" no surgió, ni de manera espontánea, ni como un grupo delictivo tradicional. Su origen está ligado a la infiltración del crimen organizado en las instituciones del Estado mexicano.

Según reportes de inteligencia federal, así como de declaraciones de autoridades, sus raíces se remontan a una célula criminal inicialmente conocida como "La Hermandad" o el "Cártel Policiaco", formada por Hernán Bermúdez Requena y Ulises Pinto Madera, "El Pinto" o “El Mamado”, quien fuera su jefe de escoltas durante su etapa en la policía estatal .

Tabasco ha sido históricamente un territorio con presencia de grupos de delincuencia local pero que de bajo perfil.

Sin embargo, la falta de oportunidades económicas, característica especial de todo el Sureste mexicano, así como la corrupción endémica y la tradición de cooptación política crearon un caldo de cultivo ideal para que actores criminales encontraran protección institucional.

Durante la gestión de Adán Augusto López Hernández como gobernador de Tabasco (2019-2021), Bermúdez fue nombrado secretario de Seguridad Pública a pesar de que existían señalamientos sobre sus vínculos con el crimen desde al menos 2006, cuando fue detenido -y luego liberado-, por su presunta participación en el homicidio de un ganadero local.

Los reportes de la prensa tabasqueña señalan que, bajo el amparo de Bermúdez, "La Hermandad" operó con impunidad dedicándose al tráfico de migrantes, la distribución de drogas y la trata de personas, así como el control del abasto de bares y antros.

Esta etapa inicial muestra cómo el grupo utilizó la posición oficial de Bermúdez para cometer delitos y consolidar poder económico.

En 2023, "La Hermandad" sufrió una ruptura interna tras una disputa territorial con el Cártel del Golfo. De esta fractura emergió "La Barredora", presuntamente liderada por Bermúdez, y por su exescolta Ulises Pinto "El Pinto", y fue éste quien buscó una alianza más directa con el CJNG.

Esta alianza fue estratégica para el CJNG, que buscaba expandir su influencia hacia el Sureste mexicano, una región crucial para el tráfico de migrantes, hidrocarburos y drogas.

La irrupción de Bermúdez y "El Pinto", por el control criminal de ese estado enfrentando a otros grupos locales desató una ola de violencia sin precedentes, con enfrentamientos, bloqueos, incendios y narcomantas.

La detención de "El Pinto", el pasado 23 de julio de 2025 en Zapopan, Jalisco, y la posterior captura de Bermúdez marcan el capítulo más reciente de esta guerra, pero no necesariamente su fin.

“La Barredora” y la “Operativa Barredora”: expansiones violentas

Es crucial diferenciar entre "La Barredora" de Tabasco, y una "Operativa Barredora",  que actúa en estados como Puebla y Guerrero bajo el mando directo del CJNG. Esta última es una unidad de élite dentro de la estructura del cártel de Jalisco, mientras que la primera era una organización aliada y con autonomía relativa.

Aunque "La Barredora" tiene sus raíces operativas en Tabasco, específicamente en municipios como Cárdenas, Huimanguillo, Comalcalco y Paraíso, su alianza con el CJNG le permitió proyectar su operación hacia otros estados.

Tabasco es el epicentro. Aquí, "La Barredora" se dedicó al cobro de piso, extorsión, robo de hidrocarburos (huachicoleo), narcomenudeo y tráfico de migrantes.

La violencia se disparó tras la ruptura con el CJNG, manifestándose en bloqueos carreteros como método de protesta y desafío al gobierno; ataques incendiarios contra vehículos y comercios; narcomantas con mensajes dirigidos a las autoridades y grupos rivales, así como motines en penales.

En tanto, en Guerrero, Puebla y Tlaxcala, la "Operativa Barredora" del CJNG ha sido responsable de algunas de las ejecuciones y matanzas más violentas en la región.

Aunque los resultados de búsqueda proporcionados no detallan incidentes específicos en estos estados, reportes de prensa nacional documentan la existencia de fosas clandestinas, enfrentamientos con fuerzas estatales y ataques contra autoridades municipales en estas entidades, atribuidos a células del CJNG que operan bajo esa marca.

El CJNG, y por extensión sus células aliadas, tienen presencia en la mayoría de los estados mexicanos. La estrategia es crear puntos de control en corredores logísticos cruciales para el tráfico de drogas, armas y personas.

La expansión del CJNG, y de sus aliados como "La Barredora", se ha topado con la feroz resistencia de otros cárteles que defienden sus plazas tradicionales.

En el caso específico de Tabasco, el principal rival históricamente ha sido el Cártel del Golfo (CDG). La guerra entre "La Barredora" - CJNG y el CDG por el control de las rentables rutas del tráfico de migrantes y hidrocarburos en el sureste es una de las claves de la violencia en la región.

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Gobernanza criminal: la simbiosis entre "La Barredora" y el poder político

El investigador mexicano Eduardo Guerrero-Gutiérrez, quien ha realizado diversas investigaciones a fondo sobre los cárteles en el país, así como el académico Guillermo Trejo, han desarrollado el concepto de "gobernanza criminal", que sirve para explicar las acciones delictivas que va más allá de la comisión de delitos.

La gobernanza criminal se refiere a la capacidad de las organizaciones criminales de ejercer funciones propias del Estado, como la provisión de seguridad, la recaudación de “impuestos”, es decir la extorsión, o la administración de justicia, a través de la coerción de las autoridades civiles o militares mexicanas.

El caso de "La Barredora" es un ejemplo paradigmático de este fenómeno en México.

La infiltración y cooptación de instituciones policiacas es la especialidad de "La Barredora". De acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública del gobierno federal, la organización tabasqueña nació dentro de la estructura de seguridad del estado.

Fue el exgobernador de Tabasco, Javier May, cercano a Andrés Manuel López Obrador, quien señaló que Bermúdez, desde su cargo oficial, protegía a operadores criminales como Francisco Javier Custodio Luna, "El Guasón", quien a su vez coordinaba una red de policías activos que filtraban información sobre operativos federales y ayudaban a evadir capturas.

Esto creó un sistema donde las líneas entre la ley y el crimen se borraron por completo, de acuerdo con las líneas de investigación que se le siguen a Bermúdez Requena.

El grupo no solo cometía delitos, sino que administraba territorios. Imponía derechos de piso a comercios, controlaba el abasto de alcohol en centros de entretenimiento  y manejaba el tráfico de migrantes como una empresa logística.

Esto les permitió generar enormes flujos de dinero y reemplazar al Estado en la "regulación" de actividades económicas, tanto lícitas como ilícitas.

El aspecto más alarmante es la conexión de "La Barredora" con figuras de alto nivel político. Hernán Bermúdez fue nombrado por Adán Augusto López Hernández, entonces gobernador de Tabasco y hoy líder de los senadores de Morena y exsecretario de Gobernación de la administración federal.

Aunque López Hernández ha declarado que está disponible para colaborar con las investigaciones, la oposición política ha acusado a Morena de evadir el debate y encubrir los presuntos vínculos de su senador con el caso.

Esto sugiere que la organización criminal encontró un escudo de impunidad que llegaba hasta las más altas esferas del poder.

La exhibición pública de violencia, a través de narcomantas, así como de ejecuciones cada vez más violentas, no es solo un producto del negocio; es un instrumento para gobernar mediante el miedo.

De acuerdo con Guerrero Gutiérrez, las expresiones violentas sirven para disuadir a rivales, silenciar a la población y enviar mensajes a las autoridades, estableciendo así su autoridad en el territorio.

La historia de "La Barredora" es una parte de la historia de México en el siglo XXI, donde la narrativa de la tragedia del crimen, la corrupción y el poder político se entrelazan hasta volverse uno solo.

La Barredora”, en su esencia, demuestra que el mayor peligro para la seguridad nacional no siempre son los carteles con rifles de asalto, sino las redes de impunidad que se forman desde los escritorios del poder, pero también de quienes permiten que el crimen vista de uniformes policiales, o bien, ocupe cargos públicos.

La captura de Hernán Bermúdez Requena del pasado fin de semana es un paso significativo, pero solo es el principio.

La verdadera prueba para el gobierno de Claudia Sheinbaum no es capturar a un capo, sino tener la voluntad política de destapar la cloaca política que lo encumbró y lo protegió durante años.

El futuro no sólo de Tabasco, sino de México, depende de si este caso se convierte en un ejemplo de rendición de cuentas o en un monumento más a la impunidad que se prometió acabar desde el poder.

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