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¿Siempre sí “primero los pobres”?


Por:Sofia Otero

“Por el bien de todos, primero los pobres”, fue una frase que el expresidente Andrés Manuel López Obrador repitió incesantemente durante su mandato. Finalmente tenemos datos oficiales que nos permiten definir si se quedó en mera retórica o si fue una promesa cumplida.

Este miércoles 13 de agosto, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) presentó su “Análisis de los resultados de la medición de pobreza multidimensional, 2024”. En el informe se revela un indudable logro: durante el sexenio de AMLO 13.4 millones de personas salieron de la pobreza. En 2018 había 51.9 millones de personas en esta condición. Al cierre del gobierno obradorista, eran 38.5 millones.

La reducción de la pobreza en México no sólo se explica por los programas sociales de transferencias directas. Aunque el INEGI sí confirma que jugaron un rol, en realidad, lo crucial fue el aumento al salario mínimo. Cuando AMLO salió de la presidencia, lo dejó en 248.9 pesos.

Sistemáticamente los gobiernos previos (tanto del PAN como del PRI) se negaron a subir el salario de forma sustancial. Argumentaban que hacerlo provocaría inflación, un caos económico, riesgo que no podían correr. Hoy sabemos que eso era falso, y que los expresidentes y sus asesores optaron por defender los intereses de los explotadores, en vez de abogar por los derechos de la mayoría. Hay que tenerlo claro, lo que avalaron fue la esclavitud moderna. ¿Cómo más podríamos llamarle a un sistema en el que un trabajador o trabajadora gana menos de 100 pesos por día?

Que no se nos olvide que Vicente Fox salió con un salario mínimo de 47 pesos por jornada; Felipe Calderón con 68 pesos, y Enrique Peña Nieto con 88.

A pesar de la importante disminución de la pobreza, el INEGI también evidenció que aumentó la carencia en otros aspectos, particularmente en el acceso a servicios de salud. Aunque bajó el número de personas sin seguridad social (de 53.5% en 2018 a 48.2% en 2024), aumentó la cifra de mexicanas y mexicanos sin acceso a servicios de salud. Parece contradictorio: si hay más gente afiliada al IMSS, ¿Cómo habría menor acceso a la salud? Es sencillo entenderlo. Un carnet no garantiza que al ir al hospital encontrarás los medicamentos o el equipo necesario para atenderte, ahí el problema. En 2018 el 16.2% de la población no tenía acceso a servicios de salud. En 2024, AMLO cerró su sexenio con 34.2% del país en estas condiciones.

Esta crisis en el sector salud ha sido ampliamente denunciada por organizaciones civiles como “Nariz Roja”. El fin de semana pasado (del viernes 8 de agosto al domingo 10) esta ONG organizó movilizaciones en distintas entidades bajo el lema “¡Queremos medicina!”. En su primera conferencia “mañanera” de la semana, la presidenta reaccionó a estas protestas entre risas. Descalificó las movilizaciones que dijo habían sido encabezadas por la exprimera dama panista y actual diputada Margarita Zavala. Que la presidenta Sheinbaum intente deslegitimar las protestas contra el desabasto de medicamentos es contradictorio. El mismo informe del INEGI que revela que durante el gobierno de AMLO bajó la pobreza, expone que en efecto, hay un grave problema en el sector salud.

Otra célebre frase dentro de la ideología de la “Cuarta Transformación” es “no mentir”. Al sólo centrarse en los datos que pintan bien a su partido, la presidenta no miente de forma directa, pero en definitiva es deshonesta. Las y los morenistas se dan golpes en el pecho diciendo que “no son iguales” al resto de las y los políticos que les antecedieron, pero sí repiten patrones. De entrada, sólo muestran la cara de la moneda que les conviene. No me sorprende, siguen siendo políticas y políticos.

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