Vamos a aburrirnos
Hola qué tal, yo soy Carolina Hernández y este es Sin Esdrújulas, tu micro mino podcast en el que escribo cosas que luego me ves leer para que no te aburras.
¿Cuándo fue la última vez que te aburriste?
La última vez que, mientras esperabas a alguien que no llegó a tiempo, simplemente, te aburriste. No viste pleitos ajenos en Twitter, no comentaste ninguna foto en Instagram, no abriste un libro, no pusiste música, solamente, te aburriste. Como antes. Como en ese pasado que parece tan lejano en el que si llegabas temprano a una cita, rayabas una servilleta porque no había más que esperar... y aburrirnos mientras.
De acuerdo con el diccionario de etimologías, el origen de la palabra aburrimiento viene del latín: ab- el prefijo que significa "sin" y horrere, que significa "horror".
Las palabras aburrir, aborrecer y horripilante presentan el mismo origen etimológico, siendo aburrir/aburrirse/aburrido “aquello que NO pone los pelos de punta”. O sea, que te causa cero "rush". No queremos aburrirnos, incluso hay quienes prefieren literalmente darse toques-toques antes que aburrirse. Lo dice la ciencia.
La revista Science publicó los resultados de un experimento en el que se le pidió a un grupo de personas que se sentaran en silencio durante 15 minutos en una habitación sin nada más que hacer. Lo único que podían hacer si no aguantaban estar haciendo absolutamente nada era pulsar un botón y darse una descarga eléctrica. Un montón de gente prefirió eso.
Le sacamos mucho la vuelta al aburrimiento porque lo asociamos con perder el tiempo y como capital humano no podemos darnos el lujo de eso. Porque sí, sentarnos solo a vivir en el presente parece ser un lujo al que no todo mundo tiene acceso. Aburrirse es, visto así, un privilegio.
Sin embargo, para muchos neurocientíficos el aburrimiento puede aumentar la creatividad, el compromiso con las tareas y la productividad laboral.
La revista Forbes compartió un artículo en el que citó a la neurocientífica Alicia Walf, investigadora del Departamento de Ciencias Cognitivas del Instituto Politécnico Rensselaer, quien asegura que aburrirse de vez en cuando es fundamental para la salud del cerebro.
"En esos momentos que pueden parecer aburridos, vacíos e innecesarios, en realidad son la puerta para que el cerebro pueda descansar y se restaure para dar vida a las estrategias", explicó.
Es en esos momentos cuando aparecen muchas de las grandes ideas. Es cuando podemos tener un "insight", un descubrimiento, una idea reveladora que nos da la clave para poder resolver un problema.
¿Y tú, hace cuánto que no te aburres?