Pareja de abuelitos deciden estudiar su bachillerato en el CETMAR 35 de Matamoros. | FOTO N+
Una pareja de 80 años se inscribe en el CETMAR 35 para terminar el bachillerato y motivar a sus nietos.
Originarios de Ciudad Mante, Tamaulipas, la pareja ha recorrido varios lugares por motivos de trabajo, estableciéndose finalmente en Matamoros en 1998.
Aunque ya están jubilados, han optado por invertir su tiempo en una meta significativa: concluir sus estudios de bachillerato.
¿Por qué decidieron estudiar el bachillerato?
Su presencia en el programa de preparatoria abierta del Centro de Estudios Tecnológicos de Mar 35 (CETMAR) no pasa desapercibida. El plantel ofrece esta opción con clases a distancia la mayor parte de la semana y un día de asistencia presencial, una modalidad que se adapta perfectamente a su ritmo de vida actual.
Ambos se inscribieron en la modalidad de preparatoria abierta y a distancia, buscando actualizar sus conocimientos y ser un ejemplo para sus cuatro nietos.
Don Humberto Noriega Farías explica su motivación con claridad y entusiasmo, destacando la importancia de mantenerse al día.
"Estamos estudiando la preparatoria y deseamos estar actualizados con el conocimiento y con la ciencia porque ésta no se detiene, sigue progresando, sigue descubriendo nuevas verdades que antes no se conocían", señaló.
¿Cómo ha influido la modalidad a distancia del CETMAR 35 en la decisión de la pareja de volver a estudiar?
Doña Edelia Martínez Rodríguez comparte una razón aún más profunda y familiar para este retorno a las aulas. Su objetivo es inspirar a las nuevas generaciones de su familia:
"Pues porque queremos dar el ejemplo a nuestros nietos, tengo cuatro nietos, para que ellos puedan seguir adelante, que no se estanquen, para que ellos puedan hacer una carrera".
Este deseo de superación no se detiene en el bachillerato. Ambos ya vislumbran planes de estudios superiores. Don Humberto tiene en mente una ambiciosa meta profesional: "Me gustaría estudiar alguna carrera profesional como licenciatura, Leyes, Derecho, sí me gustaría estudiar", confesó.
¿Qué tipo de apoyo académico o tutorías especiales reciben en el programa de preparatoria abierta?
Por su parte, doña Edelia canaliza su vocación hacia un campo diferente, pero igualmente lleno de dedicación.
"Pues si Dios quiere y me permite yo mi intención es poder hacer, aunque sea un curso de veterinaria, para poder ayudar a todos los animalitos en la casa", expresó, demostrando que nunca es tarde para dedicarse a lo que apasiona.
Los abuelitos, con la sabiduría que dan los años, también tienen un mensaje claro para la juventud de Tamaulipas: aprovechar al máximo la oportunidad de estudiar.
Don Humberto es directo con su consejo: "Mi consejo es a los jóvenes es que no pierdan ni un minuto de su vida en distracciones, en juegos, que les distraigan de su estudio".
¿Cuál es la reacción general de los compañeros de clase ante la presencia de Edelia y Humberto?
Doña Edelia complementa esta perspectiva con una reflexión sobre el valor del esfuerzo y la educación en su tiempo:
"También a ver si algunos jóvenes se motivan, porque cómo es posible que les paguen a ellos por estudiar cuando nosotros teníamos que ir a hacer mandados, limpiar casas, cuidar niños, para poder tener para un cuaderno, un lápiz".
Su testimonio recalca el privilegio de las oportunidades educativas actuales.
Así, Edelia y Humberto, retirados de sus labores habituales, han decidido que cada día es una oportunidad. Su ejemplo en el CETMAR 35 de Matamoros es un recordatorio poderoso de que la sed de conocimiento y el deseo de superación no tienen fecha de caducidad.
Su tiempo es ahora un tiempo para aprender, un tiempo para sentir la vida.